PERDON

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Al dia siguiente la Fortaleza Roja seguía estando silenciosa, las banderas de luto se ondeban en las torres del castillo y los muros de la ciudad. De vez en cuando se escuchaban los chillidos de Iroh desde el Pozo de Dragon, al igual que los del pequeño príncipe Aegar.

Despues del desayuno, Laenys se dirigió a la habitacion de Lynesse Hightower, oportunamente Lord Loreon iba saliendo acompañado de las septas y el maestre, ninguna tenia buena pinta. Loreon y Laenys se esperaron a que todos se alejaran y no quedaran más que ellos en el pasillo.

- ¿Cómo esta? – pregunto Laenys preocupada, despues de todo Lynesse era su prima.

- Un poco mejor – agrego Loreon no muy convencido – podrá viajar a Antigua en un par de días.

- Me alegro que este mejor.

- Tu madre y los maestres no saben exactamente que es lo que pasa – Loreon suspiro angustiado – pero todos acuerdan que no es bueno. Lord Lyonel ha sugerido adelantar la boda para que Lynesse pueda darme un heredero antes de que su condición se agravie.

Laenys sintió una punzada en el pecho de pensar en Loreon casandose, algo que sabia que pasaría, pero no esperaba que fuera tan pronto. Imagino a Loreon cargando un bebe y le dolio pensar que ese bebè no era suyo.

- Oh... - dijo Laenys – ¿Y tu que dices?

- Los embarazos pueden ser riesgosos para la madre y para el bebé... no pondré a ninguno en riesgo, si es la voluntad de los Dioses Lynesse se recuperará lo suficiente para la fecha acordada.

Esas palabras causaron alivio en la princesa, Loreon miro a todos lados y tomo la mano de Laenys.

- ¿Cómo estas? Escuche que desterraron a tu padre y hermano de la capital – pregunto Loreon.

- Te aseguro que mi familia y yo estamos satisfechos de ver a Baeron llorando por la golpiza que le dio mi padre – dijo Laenys despreocupada.

- La merecía el pequeño imbécil – murmuro Loreon.

Loreon tenso la mandíbula al ver quien se aproximaba a ellos, Laenys se percato del descontento de su amado y volteo a ver de quien se trataba: era Alan Tarly.

- ¿Qué quieres? – pregunto Loreon.

- Princesa ¿Podemos hablar? – Alan sonaba apenado.

- No te dejare solo con ella – Loreon se paro entre ambos.

- Mi lord – Laenys tomo el brazo de Loreon – estaré bien.

Loreon volteo a ver a Laenys, no dijo nada, pero en su mirar le dio a entender que estaria cerca si le necesitaba. Loreon se solto del agarre de la princesa y camino alejándose del pasillo, pero no sin antes lanzar una mirada amenazadora la joven Tarly.

Alan tenia la muñeca vendada, algo que le parecio bastante dramático a Laenys considerando que no le habia roto nada, ni si quiera lo habia hecho sangrar. Aun asi en la mirada del caballero se reflejaba mucha pena y arrepentimiento, pero Laenys seguía molesta y herida.

- Lo siento, princesa... no debi decir...

- Pero lo hiciste – intervino Laenys – te consideraba mi amigo.

- Lo se, perdón, yo pensé que... que usted sentía lo mismo por mi. Su rechazo no justifica mis acciones y mis palabras, usted ha sido buena conmigo, me disculpo por malinterpretar su amitad.

- Y lo perdono – Laenys se acerco a Alan – y por siempre le agradeceré lo que hace por mi familia.

Alan sonrio esperanzado.

- ... pero lamento decirle que nada sera igual entre nosotros – continuo Laenys – queda poco para el nacimiento del bebé, después de eso mi familia dejara de ser una carga para la suya. Gracias Lord Tarly.

- Laenys...

Alan trato de tomar la mano de Laenys, pero la princesa ya se habia retirado caminando apresuradamente. Laenys camino, camino y camino sin rumbo fijo, sentía los ojos pesados y una presión en el pecho. No podía negar que hubo un momento que Alan le gusto, pero nunca iba amarlo, su corazón le pertenecia a Loreon y si no era con el, no era con nadie mas. Aun asi forjo una fuerte amistad con Alan y le pesaba perderla, por eso era su tristeza.

Laenys llego hasta los jardines de la fortaleza roja sin darse cuenta, el aire le sirvió para refrescarla y tranquilizarla, se quedo inmóvil al lado de la fuente mientras controlaba su respirar.

- Prima – resonó una voz detrás de ella.

Laenys volteo de inmediato: era Corlys.

- ¿Qué? – contesto Laenys sin paciencia.

- Bueno... primero, quiero decir lo siento por el fallecimiento de tu hermana, anoche no tuve oportunidad de... - Corlys suspiro viendo que Laenys no tenia paciencia para nada ni nadie – okay, ire al punto.

Laenys asintió.

- Tengo la intención de pedir tu mano en matrimonio para mi hermano, Laenor – dijo Corlys – considero que eres una gran pareja para el, mi hermano te ama y sin duda serias una buena figura materna para Aerion.

Laenys fruncio el ceño confundida y espantada ante dicha propuesta. No sabia de donde venia esta repentina aceptación de Corlys, pero justo como el amor de Laenor, habia llegado demasiado tarde.

- Se que hemos tenido nuestras diferencias y...

- Corlys – intervino Laenys – no... yo no quiero casarme con Laenor.

- Pero...

- Si en su momento era lo que quería y hubiese pasado si no te hubiera entrometido tanto, si no hubieras ido encontra de los deseos de mí querida tia Rhaena...

- Si, se que hice mal y mi madre tenia razón, pero Laenor necesita una esposa, una mujer con la cual compartir Marca Deriva y...

- Dije que no – insistió Laenys – ya no amo a tu hermano... la gente cambia de parecer.

La princesa dio media vuelta y regreso al interior del castillo, no podía esperar a regresar a Roca Dragon lejos de todo el drama y chismes de la corte, lejos de las propuestas matrimoniales, lejos de todo murmuro que hablaba de que Laenys se volvía una solterona.

Esa misma tarde Jacaerys y Daena acordaron que Aegar se fuera a Roca Dragon, donde crecería y seria instruido por sus abuelos maternos, pero como el tercero en la linea de sucesión regresaría a la edad de quince años para volverse pupilo del rey y digno heredero. 

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora