Unos toques en la puerta hicieron que se despertara, frotó sus ojos con sus manos para luego mirar el reloj que estaba sobre la mesa de noche "03:30 a.m." iba a matar a quién se le haya ocurrido interrumpir sus horas de sueño.
Bostezó antes de levantarse de la cama y recorrer el camino casi arrastrando los pies hasta la puerta, la abrió y se encontró con un Emilio para nada sobrio y un Diego en las mismas condiciones, junto a ellos estaba Jorge.
— Lo siento, J — dijo Jorge — pero ni él sabe dónde están sus llaves.
Joaquín asintió aún aturdido por el sueño invadiendo su cuerpo, tomó a Emilio haciendo que pase los brazos sobre sus hombros para sujetarlo fuerte por la cintura.
— Me haré cargo — le sonrío a Jorge — suerte con tu amorcito.
Jorge rodó los ojos — Ni me lo digas.
Joaquín largó una risita para luego cerrar la puerta y cómo pudo llevó a Emilio a su cama. Lo sentó para luego ponerse en cuclillas para así poder quitarle las zapatillas, Emilio enredó uno de sus dedos en un rizo de Joaquín.
— Que bonito — ladeó la cabeza —, un pequeño tirabuzón.
Joaquín se pusó de pié y colocó sus manos en el borde de la remera del oji-café tirando hacía arriba hasta que la sacó. Emilio se balanceaba de atrás hacia adelante, por momentos cerraba los ojos.
— No te duermas aún — dijo Joaquín —, te daré un poco de agua.
Emilio asintió y Joaquín se dirigió al escritorio a buscar una botella de agua, se la extendió a Emilio y éste tomó una gran cantidad.
— ¿Mucho mejor? — preguntó Joaquín.
Emilio asintió.
— Bien, ahora acuéstate — habló Joaquín mientras se metía en su cama.
El oji-café ni siquiera se inmutó y comenzó a llorar, el castaño rápidamente se levantó y se sentó a un lado de Emilio.
— ¿Qué ocurre? — preguntó preocupado.
— No fué — sollozó.
— No entiendo.
— N-no fué al partido hoy — se aferró a Joaquín, éste de inmediato empezó a acariciar la espalda del oji-café —. Siempre necesito de su presencia ¿Sabes? — susurró —, siempre necesito de Joaquín.
Y mierda, si que el corazón del castaño se le achicó en ese momento, quería disculparse y decirle que si había asistido al partido. Pero sólo acarició su espalda y soltaba unas cuántas veces un "esta bien" "tranquilo" hasta que Emilio se durmió en sus brazos.
Lo posicionó suavemente en la cama y lo tapó con una frazada sabiendo que al amanecer iba a tener frío, acomodó el cabello del oji-café hacía un costado y susurró un "lo siento", se alejó y se acostó para por fin dormir.
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Eres // Adaptación Emiliaco
FanfictionJoaquín y Emilio son ex novios y para sumar, compañeros de cuarto en la U.V.M. de México. Éstos se verán envueltos en cualquier drama hasta que se dignen a hacer nada más y nada menos que aclarar sus problemas y dudas. ✔ Adaptación Autorizada ✔ Todo...