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Sentado en la cama con sus manos entrelazadas en su regazo, los pies sobre el suelo y su mirada perdida en el oji-café que se movía de un lado para el otro con un brazo cruzado en su torso y el otro siendo sostenido de su barbilla, ceño fruncido y mandíbula apretada, estaba pensando, jo lo conocía tanto que daba miedo.

— Amor...

Emilio se volteó a verlo, con sus ricitos cayendo sobre el costado del rostro, ojos brillantes y una sonrisa inocente que Emilio moría por besar ¿porqué no?. Emilio se acercó con la intención, pero Joaquín se adelantó y habló:

— ¿Y? — preguntó.

— ¿Qué? — preguntó desconcertado.

— Desde nuestra cita estás así, sé que en algo estás pensando y no me lo dices — se puso de pié y tomó las manos de Emilio entre las suyas — puedo ayudarte ¿Sabes?.

— Lo sé — suspiró — pero quiero saber cómo haremos ésto.

— Sólo podemos juntar a los chicos y decirles.

— Quiero que sea especial.

Joaquín se quedó unos minutos mirando a Emilio, sonrió y asintió — Cómo tú quieras amor — se acercó y plantó un beso corto en los labios del oji-café.

— Me encantan tanto tus besos — susurró cómo si fuera que estaba contándole un secreto de estado.

— A mí los tuyos — sonrió Joaquín para luego morder su labio inferior —. ¿Irás ésta noche a verme?.

— Claro — asintió — No me perdería por nada en el mundo la muestra anual de música — soltó una risita —, será bueno escucharte a tí y a Emiliano en un dúo.

— Si... Nos costó, pero bueno — se encogió de hombros —, saldrá bien... eso espero.

— Saldrá bien — Emilio lo atrajo a sus brazos para envolverlo en un abrazo cálido — Me gusta demasiado tu shampoo, ese aroma a coco tan delicioso — dijo inhalando aquel aroma.

— Lo supuse, siempre haces eso de enterrar tu nariz en mi cabello — dijo contra el cuello del oji-café.

— Es que me encanta — se separó para luego colocar ambas manos sobre las mejillas del castaño — Ésto... ésto de estar nuevamente juntos me hace demasiado feliz, Joaquín.

— A mí igual — sonrió haciendo ver sus hoyuelos —, me siento tan vivo, estás aquí conmigo, estamos así...tan bien.

— Te amo tanto, Joaquín.

— También te amo, Emi — dejó un corto beso en los labios del oji-café — y confío que harás todo bien al informarles a todos sobre nuestra relación — sonrió para luego suspirar —Debemos hablar con nuestras familias.

— Lo sé, lo estuve pensando y sé que tanto a tí cómo a mí no nos gusta mentirles a nuestros familiares — Joaquín asintió— así que hablaremos con ellos luego de hablar con nuestros amigos.

— De acuerdo, así será — sonrió para luego abrazar a Emilio.







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Eres // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora