La caja con algunas partituras descansaba en su mano derecha mientras que con la otra sostenía otra caja; llevaba sus libros y discos favoritos. Para él estaba bien comenzar con un poco de cosas, luego llenaría el cuarto con más de sus pertenecias, pero antes quería asegurarse que tan bueno era su compañero de cuarto. Claramente no sería capaz de soportar a un arrogante, presumido y soberbio chico de clase alta, sabía donde estaba ubicado; él no era un adolescente con dinero, luchó demasiado para llegar a dónde está y por parte el hecho que la universidad era una de las más prestigiosas hacía que de alguna forma se sienta intimidado por los comentarios acerca de las personas que concurrirán aquel establecimiento.
Apartó todos sus pensamientos cuándo se encontró en frente de la puerta que daba entrada a su habitación durante los años que su carrera duraría. El número "18" de bronce pintado de dorado decoraba la parte superior de la madera barnizada. Suspiró tratando de alejar todos los nervios que invadían su cuerpo, contó hasta 10 antes de casi maniobrar para abrir la puerta.
El ojimiel entró con 2 cajas en sus manos hasta que se percató que no estaba sólo. Un muchacho se encontraba de espalda acomodando, quién sabe qué, sobre una de las camas.
Carraspeó para llamar su atención, el muchacho se volteó y todo se fué al carajo cuándo el café del atardecer y el miel ámbar arrasó contra el mundo entero, así todo dejó de existir, envolviéndolos en la hermosa burbuja que se había formado.
— Hola.— sonrió simpático el oji-café — Soy Emilio.— estiró su mano para ser estrechada.
— Joaquín.— contestó ruborizado el castaño mientras agarraba, como podía, la mano del muchacho.
— Si no te molesta... — comenzó dudoso ignorando la electricidad que golpeó su cuerpo en tan sólo segundos — elegí la cama del lado derecho.
Joaquín asintió para luego encogerse hombros — Está bien por mí — sonrió con calidez dejando las cajas en su, ahora, cama.
— ¿Qué estudias? — preguntó el oji-café dejando sus cosas de lado mientras se sentaba en su cama dándole toda su atención a la respuesta que el castaño podía darle.
— Música — contestó sacando sus libros para luego colocarlos en la repisa cerca de su cama — ¿Tú? — su tono era curioso.
— Deportes — contestó simple, y Joaquín debía adivinarlo ya que al bajar su vista por debajo del escritorio había dos pelotas de fútbol.
Emilio miró hacía dónde Joaquín miraba y habló —: Lo siento por eso también — Joaquín lo miró — ,no sabía dónde ponerlas, ¿te molesta? .
El castaño negó en silencio algo sorprendido por la intención del oji-café de hacerlo sentir realmente cómodo con la habitación y con él.
—Me probaré en el equipo de fútbol — contó Emilio de repente levantándose de la cama para, ésta vez, acomodar su ropa en un lado del closet —, las pruebas serán el viernes y realmente estoy nervioso.
— ¿Juegas? — preguntó el castaño tratando de seguir la conversación amena que se estaba dando entre ellos.
— Sí — sonrió mirando alguna que otra camiseta — desde que soy un crío lo hago — contaba con felicidad —. Es mi mayor pasión.
Joaquín admiró al muchacho por unos segundos, el tono al contar algo que lo apasionaba provocaba raras sensaciones en el cuerpo del castaño, ignoró aquella por completo. Culpó a los nervios.
— Eso es genial — contestó con simpleza, pero con un tono casi entusiasmado.
— Sí...— sonrió para luego negar —. ¿Cantas? — negó — Oh, mierda claro que lo haces.
El castaño soltó una risita —: ¿Cómo estás seguro?.
— Estudias música y seguro algún instrumento también debes tocar — y era cierto Joaquín era un maestro con la guitarra —. El hecho de que estudie deporte puede variar en los deportes que me pueda destacar.
— Eso es verdad, tu respuesta a lo anterior es lo lógico.
— De seguro cantas muy bonito.
Joaquín lo miró — ¿Lo intuyes?.
— Lo siento realmente — se encogió de hombros — .Aunque no descartaría el hecho que muero de curiosidad por escucharte — cruzaron miradas.
— Eso deberá ser en otro momento — contestó el castaño alejando su mirada del oji-café por la vergüenza invadiendo su cuerpo.
— Haré una nota mental sobre aquello.
Joaquín no contestó, sólo siguió acomodando las cosas.
Alrededor de 3 horas bastaron para que la habitación quedara en condiciones.
La habitación número "18" cobraba vida.
Buenas aquí les dejo los extras.........
Espero les gusten.......
Nos vemos AlbertXioW.
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Eres // Adaptación Emiliaco
FanfictionJoaquín y Emilio son ex novios y para sumar, compañeros de cuarto en la U.V.M. de México. Éstos se verán envueltos en cualquier drama hasta que se dignen a hacer nada más y nada menos que aclarar sus problemas y dudas. ✔ Adaptación Autorizada ✔ Todo...