Los días pasaron más rápido de lo que pensaban, ahora estaban acomodando la ropa dentro de las mochilas que habían llevado, las alacenas estaban vacías al igual que el refrigerador, la cama acomodada y de igual modo la sala.
Después de haber compartido algunos besos inocentes en la cocina mientras que una lenta canción sonaba, no se habían vuelto a besar. Se quedaron en total 4 días, no había más suministros y debían volver cada uno a su hogar. Se abrazaron a la hora de dormir, no hubo un momento en dónde se les haya pasado algo más por la cabeza, quizás lo de ir despacio estaba por fin encaminándose. Aún no le habían comentado nada a sus amigos sobre su escapada a la cabaña, ni tampoco sobre lo que habían acordado en esos momentos, en menos de 2 semanas tenían que volver a la universidad. Ésta vez, Joaquín pasaría año nuevo con su familia y Emilio con la suya.
El viaje había sido algo más rápido a la vuelta, Emilio estacionó en la calle en dónde se encontraba la casa de Joaquín, lo ayudó a bajar su mochila hasta por fin dejarla en el suelo una vez que llegaron a la entrada. El castaño suspiró porque sabía que era el momento de despedirse y sabía muy bien que no quería hacerlo, un puchero engañoso se formó en sus labios, Emilio le sonrió con cariño pasando su mano por uno de las mejillas contrarias.
Estaba haciendo frío, demasiado para ambos jóvenes, al otro lado de la puerta se encontraba la familia de Joaquín y el oji-café sabía que ese no era el momento de pasar a saludar, debían aclarar sus cosas, le parecía mejor esa idea que seguir engañando a las familias de ambos.
— Creo que es momento de que me vaya — soltó Emilio colocando ambas manos en los bolsillos delanteros de sus jeans.
— Creo que sí, está anocheciendo... — apretó sus labios.
— Si...
— ¿No te vas a olvidar de avisarme cuándo llegues a tu casa?.
— Espero acordarme — soltó una risita suave.
— Acuérdate.
— De acuerdo, Bondoni — sonrió.
Joaquín ni siquiera contestó y lentamente pasó sus manos por el cuello del oji-café acercándolo a su cuerpo en forma de un abrazo. El castaño suspiró por comodidad por aquel escondite en el cuello del muchacho, sintió unos manos aferrándose a su cintura con fuerza dejando un espacio nulo entre ambos cuerpos, acarició el cuello de Emilio con su nariz y jadeó gustoso ante el momento. Emilio sólo se encontraba con los ojos cerrados inhalando el aroma a coco de los rizos de Joaquín. Uno de sus aromas favoritos.
— Joaquín..
— ¿Mhm? — respondió aún en su burbuja.
— Debo irme — susurró apretándolo con fuerza.
Al decir verdad, él tampoco quería alejarse, allí se encontraba a gusto, su cuerpo y alma se sentían en paz.
— C-claro — se alejó estirando su sweater hacía abajo.
— Bien — sonrió tiernamente — adiós.
— Adiós — le devolvió la sonrisa con un leve rubor.
Emilio se acercó mirándolo directamente a sus ojos, lo tomó de las mejillas y colocó un beso en la frente haciendo que Joaquín cierre los ojos por unos segundos.
— Nos vemos en la universidad — susurró Emilio.
— S-si, claro — contestó.
El oji-café lo observó por unos segundos hasta que se giró y empezó a caminar hacía el auto, en su cabeza se repitió 10 mil veces que no debía voltearse porque no dudaría ni un segundo en correr a los brazos del amor de su vida, subió al auto, giró la llave haciendo que arrancara, miró al castaño por última vez largando un sonoro suspiro, saludó con una mano para luego acelerar.
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Eres // Adaptación Emiliaco
FanfictionJoaquín y Emilio son ex novios y para sumar, compañeros de cuarto en la U.V.M. de México. Éstos se verán envueltos en cualquier drama hasta que se dignen a hacer nada más y nada menos que aclarar sus problemas y dudas. ✔ Adaptación Autorizada ✔ Todo...