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Después de informarles a sus amigos que volvieron a estar juntos, fueron básicamente interrogados en la habitación de Elyzabeth y Alejandra por todos sus amigos, Jorge miraba fijamente a Emilio haciendo que jure por lo que más quiera que no estaban haciendo una broma.

— Maldito Emilio, ésto llega hacer una broma... — suspiró — te entregaré los dientes en la mano — Emilio levantó las cejas ante lo dicho por su amigo y Joaquín soltó una fuerte carcajada.

— Dios, es verdad — lloriqueó el oji-café.

En ese momento, Jorge se aproximó a su amigo y lo abrazó fuertemente dándole palmaditas en la espalda; el ojimarron hizo una seña y todos se acercaron para felicitar a la pareja.

Había sido un total revuelo, pero la lista mental que cada uno tenía en sus mentes; un objetivo fué tildado, ahora sólo faltaba hablar con la familia y ahí estaban.



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En el centro de la CDMX en un restaurante, en la mesa más grande posible se encontraba la familia numerosa de Emilio y la familia pequeña de Joaquín junto a los dos. Los jóvenes pidieron hamburguesas con papas fritas, para los pequeños nuggets de pollo y las madres habían pedido carne asada con ensalada.

El oji-café subía y bajaba su pierna izquierda bajo la mesa a causa de los nervios, el castaño se percató de aquello y tomó la mano de Emilio sobre la mesa, él lo miró y Joaquín le sonrió en grande tratando de darle tranquilidad.

— Bueno..  — comenzó Emilio — queremos decirles algo.

Se escuchó un chillido proveniente de la mamá de Emilio con sus manos entrelazadas cerca de su quijada viendo a la pareja con ojos brillantes — ¡No me digan que se lo pediste! — miró a Emilio.

— ¿Qué? — Emilio respondió confundido.

— ¡¿Se van a casar?! — chilló ésta vez Elizabeth.

— ¿Eh? — Joaquín la miró con el ceño fruncido.

Emilio boqueó reiteradas veces ante las ocurrencias de las mujeres .

— ¡Oh, mierda! — gritó Romi llamando la atención de todos en el lugar — ¡¿Lo hiciste?! — miró a su hermano.

— ¡¿Que?! ¡No! — Emilio negó con el ceño fruncido.

— ¡Tú! — Renata señaló a Joaquín — ¡Tú, lo hiciste! — Joaquín alzó las cejas — ¡Le pediste matrimonio!.

— ¡Mierda! — gritó Romi — ¡Quiero mis cien pesos en éste momento, Renata Bondoni! — miró a la pelinegra.

— ¿De qué rayos hablan? — preguntó otra hermana de Emilio.

— Si, ¿de que rayos hablan? — preguntó Emilio confundido.

— Es que con Romi ... — comenzó Renata mientras tomaba cien pesos de su billetera — apostamos, ella dijo que Joaquín te pediría matrimonio y yo aposté que tú lo pedirías primero — bufó acercando el billete a Romi.

Eres // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora