39 - Extra 4 - Opuestos

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— ¿Color favorito? — preguntó Emiliano, el rubio estaba sentando en frente de Elyzabeth, precisamente en el suelo del dormitorio de la ojinegra.

— Negro, ¿el tuyo? — ella se pintaba las uñas de su color favorito, si.

— Verde, sí...seguramente es ese, no lo sé todos los días cambio — él largó una risita —. ¿Invierno ó verano?.

— Invierno ¿A quién le gusta sudar? — rodó los ojos.

— Verano, amo ir a la playa — chilló emocionado —. ¿Tatuajes?.

— Sí, me encantan.

— A mí no — sonrió observando a la ojinegra, ella mordía su labio inferior con el ceño levemente fruncido —. Eres muy bonita.

Ella levantó el rostro encontrándose con los ojos de Emiliano, ese azul claro — No me mientas — negó.

— ¿Porqué mentiría? — le preguntó.

— No lo sé — se encogió de hombros —. De alguna manera ¿Qué haces aquí? Porque creo que a nadie le gustaría juntarse con la rarita — soltó una risita irónica.

— ¡Hey! De verdad quiero estar aquí contigo, me gusta escucharte.

— ¿Te gusta  escuchar cómo me quejo de todo? ¿Bromeas? .

— Me gusta escucharte cuándo hablas de lo que amas hacer — contestó simple.

— Y también cómo me quejo.

— Me gusta escuchar también cuándo haces eso.

— Oh, vamos.

— Elyzabeth, sólo dame la oportunidad de estar contigo, al menos ser tu amigo.

— ¿Aún estás con la idea de salir a decirle al mundo sobre éste tipo de vínculo que estamos formando?.

— Si tú te sientes cómoda en éste cuarto, seguiremos haciéndolo de ésta forma. Pero quiero que sepas que sólo estoy interesado en tí y en nadie más. No hay chica bonita que me llame más la atención que tú.

— Eres tan cursi, te gusta todas esas cosas ¿No?.

— Me gusta ser así contigo, supongo.

— Eres gracioso.

— Y tú seria.

— Eres tonto.

— Y tú enojona.

— Eres dulce.

— Y tú amarga.

— Eres el día .

— Y tú la noche.

— ¿No te rindes nunca?.

— Sólo lucho por lo que quiero, y déjame decirte querida Elyzabeth que hasta el día que no tengas el título de novia de Emiliano, jamás bajaré los brazos.

— ¿Cómo estás seguro que no te cansarás?.

— Un minuto contigo para mí es felicidad ¿Cómo uno puede cansarse de ser feliz?.

— Quizás estás equivocado.

— Créeme que ésta vez no.

— Déjame dudar.

— Sólo no dudes de eso, y mucho menos de cuánto te quiero.

"Decíamos esa estupidez
de que <<somos diferentes>>,
sin comprender que los
polos opuestos
siempre se atraen".







"Decíamos esa estupidezde que <<somos diferentes>>,sin comprender que los polos opuestos siempre se atraen"

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Seguimos con el cuarto extra.........







Nos vemos AlbertXioW.

Eres // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora