Capítulo 26. Jane

1 0 0
                                    

Estaba más que claro lo que me ha llamado: aburrida, desabrida.

Pero tiene razón.

Soy fiel a los demás, siempre lo he sido. Nunca me porté mal con nadie, por muy tentada que me sintiera a hacerlo, porque me aterraba el cómo afectaría a las vidas de los demás, o lo que pensarían de mí. He vivido toda la vida pasando y siguiendo las normas, tal como mi madre me enseñó. No obstante, solo hubo un pequeño problema: el hecho fundamental de que yo no tengo su corazón de oro, ni soy buena siendo sosegada o elegante, aunque mi madre es el epítome de estos rasgos. Tampoco soy del tipo de chica que entra en un lugar y todos se giran para mirarme.

Huele a albóndigas.

Dios, qué hambre.

Llego al apartamento justo antes de las nueve, tratando de ignorar el aumento constante de la presión en mi cabeza. Y es que no puedo creer la cantidad de estrés que una cita puede causar, menos dos...

Me quito los tacones al atravesar la puerta principal, y paso por delante de la cocina, lanzándole a Dash un saludo poco entusiasta, mientras me dirijo al salón. Me dejo caer en el sofá y entrelazo mis pies en una posición india.

Respiro fuerte antes de hablar.

—¿No tendrás por ahí algo para comer?

—No pensé que estarías en casa tan temprano —dice.

—Bueno, la cita con Ollie terminó antes. ¿Tú?

No lo veo, pero puedo jurar que ahora debe estar encogiendo sus hombros.

—Quedé con Mollz. Fue... una quedada peculiar.

Me digo a mí misma que no voy a entrometerme, a menos que él quiera compartir la información.

¿Información? Parezco una abuela de ochenta años...

—¿Qué tienes hoy? Estoy hambrienta.

—Queda un poco de pasta con albóndigas. —Aparece junto con un plato—. ¿Quieres?

—Por favor.

Me lo da y enrollo los espaguetis alrededor del tenedor, el cual, me llevo a la boca emitiendo un gruñido.

No quiero preguntar, pero una parte de mí necesita... Anhela saber cómo fue la cita de miss modelo Molly, qué piensa sobre ella y si se han acostado.

Todo.

Necesito saberlo todo.

Mi corazón se acelera al iniciar la conversación.

—¿Cómo estuvo tu cita?

—Hablamos y le conté un poco sobre nuestra amistad.

¿Me mencionó?

—¿La besaste?

—Una vez.

Lleno mi boca con una albóndiga.

—¿Cuándo volverás a verla?

—Se supone que la veré mañana por la noche... No sé si es una buena idea.

La mandíbula de Dash se tensa.

—Es realmente hermosa —señalo—. Puedo ver por qué te sientes atraído por ella.

—Lo es. —Se levanta del sofá y se cruza de brazos—. ¿Qué tal un postre tardío?

—¿No comiste ya algo mientras estabas fuera? —pregunto.

—No, y todavía tengo hambre. Si hago un postre, ¿comerás? —Asiento—. No te muevas, en nada estoy aquí.

 No te muevas, en nada estoy aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y Entonces Tú [TERMINADO] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora