Haikyuu ♡One Shots♡(EN HIATUS)

♡Atsumu Miya♡

— ¡Atsumu! — La fémina sonrió con las manos detrás de la espalda. — Ten. — Le dió una pequeña caja con magdalenas.

— Mmh, gracias. — Abrió la caja. — Que bueno que llegaste con estas delicias, tenía hambre. — Probó una y puso mala cara. — ¡Qué asco! ¡Ni para la cocina sirves, mujer!

— ¡Atsumu! — Su hermano le llamó la atención. — No le hagas caso (N) están deliciosas, hasta Kita se ha acabado la cajita. — Intentó hacer sentir a la menor.

— Osamu, no hace falta que mientas, dile que las habéis tirado todos.

— ¡Mira! — Le enseñó todas las papeleras y no había ni rastro de magdalenas, solo de papeles de estas. — Oye, nos tienes que invitar a más. — Osamu miró a la chica, que seguía triste. Él era uno de los que sabía que a ella le gustaba su hermano, siendo el otro Suna.

— No pasa nada, Osamu, estoy bien.

— Pues tus magdalenas no.

— ¡Encima de que me apunté al club de cocina por tí! ¡Para hacerte comida rica! — La chica explotó. — ¡Soy tu mejor amiga, joder! ¡Si no me aprecias tanto solo dímelo! — Osamu y Suna le habían dicho lo que Atsumu pensaba y decía de ella. — ¡Si soy una molestia para ti, dímelo! ¡Pero no me hagas sufrir más!

— (N).

— ¡Siempre te quejas de que no tienes novia, solo tienes fans! ¡Yo qué soy, dime! ¡¿Acaso soy tu juguete personal?! ¡Desde finales del curso pasado me empezaste a gustar, idiota! — Osamu no sabía como intervenir. — ¡Me voy! — Se acercó a Atsumu, le quitó la caja y tiró la magdalena mordida por él. — Seguro que hay alguien que las va a disfrutar más que tú, Miya. — Miró a Osamu. — Nos vemos luego, 'Samu.

— ¡Te has lúcido! — Habló después de que la chica saliera por la puerta. — La única chica con la que mantenías una relación de amistad 'estable' se ha ido por completo.

En otro lado.

— ¡¿(N)?! — El presidente del club de cocina se sorprendió al ver a la chica casi llorando en la puerta. — ¿Qué ha pasado? — Él era un simp por todas las mujeres pero cuando se enamoraba solo tenía ojos para esa persona. Dejaba de ir detrás de las demás mujeres y solo se centraba en esa sola persona, solo que sin ser tan obvio con su sentimientos. Se volvía todo un caballero.— (N) contéstame, por favor.

— No le gustaron mis magdalenas. — Le abrazó. — Dijo que eran un asco, basura, que no servía para la cocina.

— Shh, tranquila. — Él sabía del crush de la fémina en Atsumu, de había metido en algunas peleas con él por ella, Atsumu la criticaba y él la defendía con garras y dientes. — Vamos a ver. — Dijo después de que la chica se relajara. — Vamos a probar esas magdalenas.

— ¡Pero presind-

— Llámame Sanji. — Sonrió dulcemente. — Después de todo llevamos desde el año pasado en el mismo club y en la misma clase, sin formalidades. Y voy a probar esas magdalenas quieras o no. — Agarró una y le quitó el envoltorió. — Tiene una pinta estupenda. — La probó y bajó la cabeza.

— ¿Presidente?

— ¡ES UNA DELICIA! ¡Ese Atsumu Miya no sabe lo que se pierde! — Saltaba de un lado a otro. — ¡Ahora eres la vicepresidenta del club de cocina! ¡Nunca hemos tenido una y quiero que seas tú! — Bailaba con corazones en los ojos. — ¡(N)–swaaan! — La chica se rió, nunca había visto a Sanji con tanta energía. — ¿Ya te sientes mejor? — Preguntó delicadamente.

— Sí, gracias Sanji–san.

— Para eso estoy, somos amigos, ¿no?

— Gracias. — Le abrazó.