Sara nunca ha podido llevar una vida estable. Tiene pesadillas inquietantes y escucha voces que la atormentan. A pesar de todo, intenta vivir como una adolescente normal.
Pero una noche es convertida en un ser de oscuridad.
Perseguida por misterios...
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Aunque el amor y la venganza toman caminos difíciles, con valor y compasión podemos escoger el camino correcto.
Lysander y yo nos preparábamos para dejar la ciudad. Mientras él hacía llamadas para finalizar nuestros planes de viaje, yo me sentía abrumada contactando a la abogada.
La idea de vender la casa y pasar página de forma definitiva me producía una mezcla de sentimientos. Todavía era difícil asimilar que Delilah me había arrebatado no sólo mi auto, sino también mi hogar. Aunque estaba emocionada por emprender una nueva aventura junto a Xander, una parte de mí se negaba a despedirme para siempre de todo aquello que representaba la estabilidad que siempre deseé.
En la sala, el fuerte aroma de los productos de limpieza empezaba a extenderse a medida que Hilda se afanaba en sus quehaceres. Absorta en su tarea, murmuró casi para sí misma:
—Estoy aterrada con la masacre que hubo ayer.
—Sí, fue un acto aborrecible —respondió Lysander al tiempo que empacábamos.
El televisor de la sala se encontraba encendido, era mediodía, justo la hora en la que transmitían las noticias. Reconocí el acento serio de Denise sonando a través de los altavoces, todos detuvimos nuestras tareas un momento y prestamos atención:
—Al principio pensamos que se podría tratar de un asesino serial, pero en los últimos dos meses los ataques se han vuelto más brutales, por lo que debemos decir que se trata de una organización...
Mis ojos recorrieron las letras negras y brillantes del cintillo que decía:
«Una tragedia sacudió la discoteca 'Infierno VIP' cuando diez personas perdieron la vida en un brutal acto de violencia»
—Mi equipo y yo los detendremos, no toleraremos más esta barbarie. Lucharé personalmente y no descansaré hasta que este grupo criminal haya caído —declaró Denise con una voz potente y una mirada determinada en sus ojos verdes—. Mientras tanto, les pido que respeten el toque de queda impuesto por nuestro gobernador. No nos hacemos responsables de lo que pueda ocurrir si no lo cumplen.
—Esa es una declaración de guerra —comentó él con un destello en los ojos.
—¿Y estarán listos para la batalla? ¿No seguirán débiles? —pregunté con aprehensión.
—Allí se demostrará la valía de Louis como líder —respondió Lysander y su teléfono vibró indicando la llegada de un mensaje—. Badru también fue expulsado, nos iremos mañana en la noche en su avioneta —anunció.
—Xander, hagamos una última intervención... —propuse sin dejar de ver el televisor, dándole la bienvenida a la idea que rondaba mi cabeza desde hacía un rato.
—¿Cuál? No creo que a ellos le agrade la idea de...
—Quememos el aquelarre —le corté y lo miré con determinación.
