Terapias Forzadas

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⚠️Contiene escenas sensibles para algunos, se recomienda discreción.


La compasión y el amor fortalecen nuestro espíritu y nos permiten ver lo mejor en los demás.


Los hermanos dieron al mismo tiempo un paso hacia adelante y me cubrieron con su cuerpo, Lily llevó una mano hacia su cadera y Xander agarró su sombrilla con ambas manos, listo para desenvainar la espada.

—Miren, será más fácil para todos sí, digamos, me entregan a la muchacha, ¿da? Así tú... —Señaló a Lily con la daga—. Dejas de hacer el papel de mamá y tú... —Apuntó a Lysander—. Podrás seguir con tu vida de aventurero y conquistador. No necesitan obedecer los mandatos de una, como decirlo, bruja muerta.

Me hirvió la sangre y sin pensarlo, grité:

—¡Estás hablando de mi mamá! ¡Zorra! —Me abrí paso entre los dos, daga en mano y le apunté. Antes de que pudiera parpadear, una docena de vampiros surgieron con un siseo amenazador.

Éste no pudo esquivar el filo que le atravesó el pecho y antes de que siquiera reaccionara, Lysander ya lo había decapitado. Al segundo lo recibió clavándole la hoja filosa directo en el corazón y, con un veloz tajo ascendente, le cercenó la cabeza.

Tres chupasangres rugieron y se abalanzaron sobre él. Uno de ellos logró sujetarlo por la espalda, pero Lysander usó su fuerza para zafarse. Blandió su arma con maestría, cortando una mano aquí, una pierna allá. Adivinaba sus intenciones y las contrarrestaba con precisión mortal. Con dos estocadas más, los otros dos vampiros cayeron en nubes de polvo.

Lo veía con admiración, de verdad, quería ser igual de diestra en la batalla que él.

—Lysander —habló en voz alta Delilah—. Negociaré con Darius tu libertad si me entregas a Sarah, si pones atención en lo que de verdad importa, podríamos llegar a un acuerdo que nos beneficie a ambos.

Él se detuvo y miró a su alrededor, la confusión era evidente en sus ojos. De pronto, se quedó quieto, viendo cómo los chupasangres se precipitaban sobre él, pero no hizo ningún intento de defenderse.

—¡Xander! —chillé con terror al ver eso.

Intercambié un asentimiento con Lily y saltamos frente a él.

—¡Aléjense! —rugió ella.

Los vampiros gruñeron y mostraron sus colmillos sin detenerse. Bloqueé las garras de uno, a la vez que Lily hundía su daga en el pecho de otro.

—¡Detrás de ti! —alerté.

Ella se agachó justo a tiempo para esquivarlo, se giró y clavó la daga en su corazón.

Luchamos espalda contra espalda, tratando de mantenerlos alejados. Uno de ellos atravesó nuestra defensa y saltó hacia Lysander. Lily se interpuso y le hundió la daga en el cuello, derribándolo y, con otro movimiento, lo decapitó.

—¡Lysander reacciona! —le llamé mientras decapitaba a otro más.

Por fin pareció despertar de su trance. Pero sus ataques fallaban el blanco a pesar de tener enemigos claros frente a él. Parecía pelear contra su propia sombra en lugar de los verdaderos adversarios. Nada que ver con el Lysander luchador que había visto momentos antes.

Finalmente, su cuerpo no pudo más y se desplomó, inconsciente.

Un último vampiro se abalanzó sobre Lily, yo fui más rápida. Lo embestí y rodamos por el suelo, casi con desesperación hundí mi arma en su pecho. Al arrancarle la cabeza, el aroma metálico de la sangre combinado con el polvo saturó mis sentidos.

Eterna Oscuridad: La vida después de la muerte ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora