15 de noviembre de 1715.
En algún lugar entre las dunas de arena de Argelia. Kamel se movía sigiloso junto a su amigo Safiy. Estaba cayendo la tarde en el desierto y su tío Husaam preparaba a los demás guerreros para poder traer provisiones al campamento. Esto se debía a que estaba muy próxima a pasar un grupo de caravanas. Según los informantes de Ra'id el jefe de la tribu de los Tuaregs. En el instante que dio el grito de salida Hussam. Montaron y se dirigieron a su encomienda. Su sobrino corrió a su caballo y Safiy al suyo. Les seguían muy próximos los demás. Kamel saboreaba cada galope del animal, ya que con este saqueo le demostraría a su padre que él ya se podía considerar un hombre que, a sus más de veintitrés años, lograría proteger a su tribu. Que, en un futuro, podría ser un líder con valía igual que su padre, y que no necesitaba tener los veinticinco años, para poder considerarse un hombre del desierto, en toda la extensión de la palabra.
Husaam dirigía al grupo al encuentro de las caravanas, cuando por instinto volteo hacia atrás y descubrió que su sobrino los seguía de cerca. Sonrío con placer, ya que uno de sus tan anhelados planes por fin tomaría forma y podría llevarlo a cabo. Se giró a su derecha y le dijo a su segundo al mando.
—Suoud, encárgate del trabajo, no me siento nada bien. Me duele el pecho y será mejor que regrese, no quiero ser un obstáculo para nuestro trabajo —le dijo con tono lastimero.
—No te preocupes, yo me haré cargo de todo, nos vemos en el campamento. Vete rápido, debe de ser algo muy grave para que tú te retires de esa forma. Ve con Alá. —Lo despidió agitando la mano con impaciencia.
Husaam ordenó a Tarif y a Ubayd que lo siguieran. Los tres rodearon a toda velocidad la duna por la que habían pasado y salieron al encuentro de su sobrino. Husaam gritó liberando al completo su aire del pulmón, en cuanto vio a los dos muchachos.
—Kamel, Safiy. ¿A dónde creen que van? Bajen en este momento de sus monturas —los encaró al instante, para evitar que siguieran galopando.
Los dos pararon en seco el galope y descendieron sobre la arena. Safiy corrió al caballo de Husaam a dar explicaciones, sin embargo, nunca llegó hacerlo, puesto que el hombre lo noqueó con el mango de su cuchillo. Kamel desorientado corrió a prestarle ayuda a su amigo. No obstante, también cayó de rodillas, al sentir el golpe que recibió por la parte trasera de su cabeza a manos de Tarif. Este se tocó la herida y descubrió que sangraba profusamente. Después de ese suceso, todo fue obscuridad, ya que recibió un segundo golpe, con mayor certeza. El cual lo dejó fuera de combate por completo.
Husaam reía con ganas. Ahora se encontraba tan satisfecho por cómo sucedieron las cosas. Aplaudía con verdadero entusiasmo, puesto que su hermano Ra'id no descubriría lo que le había pasado a su primogénito de sangre impura. Esa fue la principal razón por la que tomó esa decisión, debido a que no merecía ser el jefe de los Imohag (Tuareg). Por lo que a partir de ahora él se encargaría de hacerse con el poder de su pueblo y a su vez se lo heredaría a su hijo Mu'tazz.
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Esclavo de Pasión y Odio
Historical FictionJoven del desierto esclavizado, siente atracción y odio por hija de hacendado la que esta prometida a su vecino pero se siente atraída por el esclavo. Advertencia: Este libro toca temas sensibles como el racismo, esclavitud y actos de violencia, son...