31.- Engatusado.

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Las celebraciones de la boda se realizaron con mucha alegría por parte de todo el pueblo, Genoveva fue consentida por todas las mujeres, conoció a la esposa de Jamal, era una dulce mujer nubia, la cual era muy tierna con ella. Pensó que esa era la razón por la que su amigo no se había rendido nunca para volver a este lugar tan lejano esperando tanto por la oportunidad exacta para recuperar a su esposa de sus secuestradores. La mamá de Kamel le había platicado todo lo que habían batallado para poder encontrarla y traerla de nuevo con su esposo. Genoveva se sintió culpable por como su padre trataba a todos sus esclavos, los manejaba como si fueran animales, su madre le había enseñado la compasión y su padre el odio. Se arrepintió de haber tratado mal a Fátima, ahora se encontraba en su lugar, claro que ella no había sido tratada realmente como esclava, si acaso como una esposa cualquiera del campamento, pero como ella no estaba acostumbrada al trabajo, ni a las órdenes eso había hecho que se sintiera herida en su orgullo. Le pedía a Dios que la perdonara por lo soberbia que había sido, pero sobre todo le pedía que la madre de Kamel tuviera razón y él estuviera realmente enamorado de ella, porque Genoveva sentía que lo amaba, también sentía que lo odiaba, pero su odio radicaba en que él la hubiera herido en su orgullo al despreciarla. Pero se ponía en su lugar y si ella hubiera vivido lo que él paso a manos de su padre, probablemente solo lo desearía, pero no sabía si podría amarlo, esperaba que su unión fuera para bien y ella amaría por los dos y quizás con todo el amor que ella pusiera en la familia que formarían él pudiera amarla la mitad de lo que la deseaba. Juro antes de salir de la tienda para contraer matrimonio que si a pesar de todo ella no conseguía el amor de Kamel aunque viviera con el corazón roto no tomaría la decisión que tomo su madre de acabar con su vida por decepción, siempre estaría para su hijo.

Como se casaba el hijo de Ra'id la fiesta se extendió nueve días de los cuales la mitad de estos, y a pesar de ir contra las creencias de su pueblo Kamel se encontró ebrio a causa de la bebida alcohólica que habían traído del rescate de la esposa de Jamal. La noche de bodas no fue lo que esperaba Genoveva, ya que después de que enlazaran sus manos y los condujeran a su nueva vivienda Kamel cayó perdido de borracho en la cama nupcial. Genoveva se acostó junto a él y se sintió de lo más triste, ya que esperaba consumar su matrimonio, le encantaba hacer el amor con Kamel porque en esos momentos ellos dejaban de ser las personas que eran, para convertirse en dos tiernos amantes llenos de pasión y de amor, alejados del odio y altanería que tenían los dos. Se durmió mirando el rostro de su ahora esposo anhelando las futuras posibilidades de poder entablar una relación duradera para poder formar una familia, como toda la boda había sido de juramentos para Genoveva ya que sentía que marcaba un nuevo comienzo para su vida, juro que haría todo lo que estuviera en sus manos para hacer feliz al hombre que amaba.

Al llegar un nuevo día Genoveva se levantó y se dirigió con las cocineras a pedirles que le prepararan una bandeja con ricas viandas y café aromático para llevarle a su nuevo esposo, cuando le dieron la charola se dirigió a la vivienda de nuevo, se encontraba ansiosa y emocionada ya que hablaría con Kamel ahora que ya se le habría pasado la borrachera para tratar de hacer un acuerdo de paz por el bien del niño y de ellos, para eso estaba dispuesta a compartirle sus sentimientos, a pesar de que sabía que él no la amaba, estaba segura que si se exponía ante él y le contaba todo el entendería donde radicaba el mal que habitaba en ella. Cuando entró se le hizo extraño escuchar voces, se detuvo donde iniciaba el cuarto y vio a Navia parada semidesnuda a un lado de la cama. La mujer se subió a la cama a horcajadas sobre el esposo de Genoveva y repagándose de forma insinuante contra Kamel que se encontraba con el torso desnudo y sin pantalones.

—Anda Kamel tómame como antes lo hacías, quiero yacer entre tus brazos.

—Navia eres hermosa, pero me encuentro casado y lo sabes.

Esclavo de Pasión y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora