30.- Reencuentro.

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Después de cinco meses de la partida de Kamel, una tarde cuando Genoveva compartía con las señoras del lugar, vio como se acercaba una cuadrilla de jinetes con turbantes azules. Genoveva, a pesar de que se encontraba en un embarazo avanzado, dado las ropas que llevaba se le ocultaba muy bien, al ver de cerca a los jinetes sintió que una alegría la embargo por dentro ya que su deseo de ver a Kamel de nuevo se cumpliría. Como desesperada comenzó a correr al encuentro de los hombres que se encontraban desmontando. Al llegar a un lado de Kamel, este desmonto y sin decir palabra la tomó del brazo y la llevó casi corriendo a su vivienda. Llegaron al cuarto se quitó el turbante, las armas y comenzó a besarla con desesperación, fue el beso más largo y apasionado que se habían dado.

—Gatita no sabes lo que extrañe tu cuerpo todos estos meses de abstinencia y por lo que veo tu cuerpo también ha sufrido por lo mismo.

Kamel se desnudó al instante y al quitarle la ropa a Genoveva quedo paralizado por la impresión.

—¿Qué significa esto Genoveva? —Él la miraba de arriba abajo con cara de desconcierto.

El calor del momento había hecho que Genoveva olvidara su estado, se sintió temerosa, pero decidió enfrentarse a Kamel.

—Si te refieres a mí, al tamaño de mi vientre. Creo que es más que obvio que estoy embarazada.

Kamel desesperado pasó sus manos por su cabeza y comenzó a vestirse con mucha rapidez.

—¿Qué es lo que haces Kamel, a donde es que vas?

—¡Eres una maldita bruja como te atreviste a quedar embarazada!

Genoveva molesta por la contestación tomo una vasija con agua que se encontraba en la mesa a un lado de la cama y se la aventó a Kamel.

—¿Qué cómo me atrevo? Pero si desde que pudiste meterte entre las sábanas conmigo no hemos parado de hacer el amor. O es que acaso eres un niño que no sabía que las personas al cohabitar engendran niños. ¿O tú hiciste algo para que yo no quedara preñada?

Kamel se molestó más por la razón que había en su retahíla y sin decir palabra salió de la vivienda. Genoveva se encontraba nerviosa y temblorosa, pero por fin había encarado a Kamel, sabía que Georgette estaba equivocada cuando le llenaba la cabeza con esperanzas de  que en cuanto la viera embarazada las cosas se arreglarían y el descubriría que la amaba de verdad. Georgette estaba equivocada la verdad era que su hijo no la amaba como ella pensaba y el corazón de Kamel no se ablandaría al descubrir que sería padre. Ahora tendría que esperar a que por fin Kamel la devolviera a su abuelo, ella y su bebé tratarían de salir adelante con su ayuda.

Kamel encolerizado corrió a los dromedarios en los que se encontraba la carga que habían traído de los lugares en los que comerciaron al realizar la búsqueda de la esposa de su amigo. Lamentablemente no encontró nada ya que habían sido descargados, fue a la vivienda de Suoud para preguntarle por el cargamento, pero no contaba con que su padre se encontraba platicando con su amigo a cerca del rescate de la esposa de Jamal y del por qué se habían demorado tanto en regresar. En cuanto Ra'id vio entrar a su hijo se levantó de su asiento y lo abrazó efusivamente.

—¡Hijo que bueno verte con bien, muchas felicidades por tu futuro primogénito! Creo que ya va siendo hora de que normalices la situación con la muchacha, se que dijiste que contrajiste matrimonio con ella por su religión, pero ya es hora de que le des a tu pueblo, la felicidad de presenciar tu unión con ella por medio de nuestras costumbres.

—¡Padre te he dicho que no me casaré con ella!

—Pues lo tienes que hacer, porque espera un hijo tuyo o es que acaso no fuiste tú el primero en su vida o ¿desconfías de la calidad moral de la muchacha?

—¡Basta, padre! Sé que ese hijo es mío, pero no quiero tenerlo y no me quiero casar con ella. ¿No lo entiendes?

—No reniegues nunca de las bendiciones que Alá ha derramado sobre ti, o no entiendes que te puedes arrepentir. Deja de portarte como un chiquillo consentido y actúa como un hombre, si no te interesara esa mujer no habrías cargado con ella desde Nueva España. Así que a partir de mañana se celebrara tu boda y no se hable más del asunto.

Kamel miro a su padre con los ojos inyectados de rabia y secamente le contestó.

—Como tú mandes, padre.

Kamel entro a su jaima, encontró a Genoveva sentada en un mullido sillón de un azul cielo, la imagen le pareció como si estuviera viendo un lienzo de un hermoso ángel, pero cuando vio su vientre lo hizo enfurecer nuevamente por haberse llevado por sus bajos instintos y contra ataco contra la joven.

—Ya estarás contenta, conquistaste a mis padres y a mi pueblo y ahora nos casaremos.

—Pues aún puedes llevarme con mi abuelo y desposar a tu prima. Créeme que lo último que quiero es casarme contigo.

—Y tú que dijiste, este ya me llevo con mi abuelo para que te entregue a tu prometido y cuide de mi hijo.

—En serio Kamel eres tan ciego que piensas que me interesa Diego. Por otro lado, como crees que va aceptar casarse con una mujer que esta preñada de otro hombre, acaso tu estarías dispuesto a eso.

Kamel se quedo pensativo y como lo dejo sin argumentos y más frustrado de como había llegado con Genoveva, decidió salir antes de que la tomara en sus brazos y comenzará hacerle el amor. No entendía como podía estar dividiéndose entre la pasión y el odio.

Esclavo de Pasión y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora