7.- Mina.

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Javier continúo asistiendo a la hacienda y comenzó a enseñar a Kamel el idioma y la palabra de Dios.

Kamel solo duró lo necesario en cama, hasta que se recuperó, las heridas ya casi habían cicatrizado por completo por lo que, entonces fue Facundo por Kamel para llevarlo a trabajar, para que empezara a desquitar todo lo que su patrón había pagado por él, desde el momento que lo compró. Kamel fue llevado directamente a la mina La Esperanza, a la entrada estaba otro esclavo que al momento se presentó.

—Hola, mi nombre es Limaó, yo soy el encargado de la mina, y por tu tamaño y fuerza vas a trabajar con el zapapico. Tu trabajo será picar piedra y cuando descubras una beta me tienes que informar, te hare una advertencia, si tratas de huir de nuevo te azotaran y te mantendrán trabajando con las cadenas en tus pies, pero si te portas bien y trabajas bien te podrás mover con soltura alrededor, como ya intentaste huir una vez tengo la orden directa del amó de que sea duro contigo y que te encadene también dentro de la mina, pero en consideración hacia ti ya que un día yo fui como tú, te dejare sin cadenas para trabajar. Si me traicionas te juro que yo mismo te azotare y reduciré tu comida, ¿Entendiste mulato?

Kamel observó a Limaó, era un hombre que le sacaba una cabeza de estatura, no tenía pelo, pero si arrugas en su cara, era de hombros anchos y músculos sobresalientes.

—Si te entendí. —Le dijo Kamel con seriedad y tratando de ocultar el sentimiento de impotencia, pero decidido a llevar a cabo su plan de escape, solo que como le dijo Javier, no se dejaría llevar por sus impulsos, esta vez escaparía para no volver jamás y llevaría consigo a su amigo Safiy.

—Bueno, aclaradas las cosas, te llevaré a dónde empezarás a trabajar. —Limaó tomó del brazo a Kamel y lo jaló dentro de la mina.

Kamel caminaba con dificultad por que seguía encadenado. La entrada de la mina era a las faldas de un cerro, con un orificio muy amplio, pero este estaba apuntalada con tablones, era obscura, por lo que a los lados en las paredes había antorchas encendidas que estaban fijas a unos soportes de hierro. Mientras más se adentraban el lugar se volvía más frio y húmedo, Kamel volteo al piso y vio una cuerda la cual seguía Limaó, después de caminar varios metros Limaó quitó los grilletes y la cuerda de Kamel y tomó el zapapico que se encontraba recargado en la pared de la mina.

—Toma, esta es tu compañera de trabajo, cuídala porque si la pierdes, creme qué te haré que realices tu trabajo con las uñas de los dedos y espero que te entre en esa cabezota tan grande que tienes, que yo conozco todo tipo de escusas que suelen dar los flojos y huidores, de una vez te adelanto no intentes juegos conmigo porque nada te va a salvar de la vida que hoy tienes. Olvida lo que un día fuiste, eso nunca volverá a ser en esta vida.

Kamel tuvo que morderse la lengua, para no responder a lo que decía Limaó, en cambio le obsequio una sonrisa sardónica. Cuando Limaó le dio por fin el zapapico de hierro, Kamel lo tomó y descubrió que pesaba más de lo que aparentaba. De ahí siguieron caminando a lo largo de la línea, cuando Kamel se dio cuenta que ya no se encontraban solos, por el lado izquierdo pasaban esclavos en una fila, estos llevaban como tipo bandejas de metal en las que cargaban piedras que iban desde el rosa hasta el rojo. Finalmente llegaron a una cámara en la que se encontraba un hombre golpeando una piedra con el zapapico y cuando lograba desprender una porción este la depositaba en una de las bandejas que se encontraba en el suelo.

—Bien, por aquí empezarás, serás compañero de Jamal solo fíjate como trabaja y has lo mismo, ah y disfruta la compañía ya que desde que llegaste has sido muy revoltoso como lo fue Jamal, dile que te platique lo bien que le ha ido por ser un cabeza dura y querer que todos se volvieran contra el amo y escapar. Bueno los dejo para que se pongan a trabajar, no se te ocurra largarte de aquí, ah y por cierto, no platiquen mucho. Se retiró Limaó con una carcajada sonora. Jamal trabajaba sin parar y a pesar de los comentarios mordaces de Limaó, Kamel quiso llamar su atención.

Esclavo de Pasión y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora