22.- Camarote.

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Fue al camarote de Safiy tocó a la puerta, Safiy abrió con mucho cuidado.

—Hermano ¿cómo ha ido todo? —Pregunto Safiy entre susurros.

—Bien.

—¿Le contaste todo lo sucedido al capitán?

—¿Por qué hablas así? —Preguntó Kamel extrañado.

—Estaba sonriendo, pícaramente. —Por fin se quedó dormida Rosita, se cambió la ropa y me pidió que no la dejara sola.

—Pues quítate esa sonrisita de tonto y no te entusiasmes tanto con ella que le dijiste que la regresarías con su madre.

—Claro que la regresare con su madre, si es que no la convenzo de lo contrario.

—Vaya ¿te interesa la muchachita? —Preguntó socarrón

—Sí, cada vez me interesa más, quizás logre convencerla que se convierta en mi esposa y la madre de mis hijos, ya me cansé de andar tonteando con mujeres. ¿Y tú y la señorita Genoveva?

La risa se congelo en sus labios y le hirvió la sangre, lo que hizo que hablara con seriedad.

—Esa es otra historia, esa señorita es muy peligrosa, como amante tal vez es fogosa y muy apasionada, tanto que me hace dudar de que aun sea una señorita y por otro lado una mujer, con la sangre fría como para castigar tan ávidamente a otro ser humano. No merece ser madre de mis hijos ni de ningún hombre, traer a este mundo más monstros como ella y su padre, no gracias.

Genoveva que había salido de su camarote acompañada de Jamal que la llevo a disculparse con Rosa. Había escuchado la plática de Kamel y Safiy se retiró corriendo sin interrumpir la charla, Jamal negó con la cabeza y se fue detrás de ella, la alcanzó antes de entrar al camarote, la tomó del brazo y la detuvo, le dijo no con el brazo y le quitó las lágrimas que salían por sus ojos.

—No creas que lloro por lo que dijo ese esclavo, no me importa lo que piense de mí. Sabes una cosa yo jamás tendría un hijo de él porque jamás me relacionaría con alguien como Kamal, un maldito esclavo mulato.

Jamal volvió a negar con su cabeza.

—Ya sé que tú también piensas que soy un monstro como mi padre, pero no puedes esperar de un peral, manzanas, o sí.

Jamal tocó su pecho con la mano derecha y negó con la cabeza.

Genoveva terminó de limpiar sus lágrimas con su pañuelo, abrazo a Jamal.

—Gracias por no considerarme un monstro.

Llegó Kamel, jaló del brazo a Genoveva, apartándola de los brazos de Jamal.

—¡Suéltame, me haces daño en el brazo, me lastimas!

La soltó, señalando con el dedo la puerta.

—¡Metete al camarote en este instante!

Genoveva entro azotando la puerta.

—Tu Jamal tienes que presentarte con el capitán Joaquín, hubo problemas, por lo que me pidió que prestara los servicios de mi esclavo. Lo siento hermano, no pude negarme y exponernos a que nos echen del barco, ve y por la noche te explicara Safiy.

Jamal afirmo con la cabeza y se retiró al instante, quiso tratar de explicarle a Kamel sobre Genoveva, pero, al parecer él se encontraba molesto y era mejor que se tranquilizara.

Esclavo de Pasión y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora