Don Diego yacía en el animal inconsciente sin rumbo fijo a causa de la herida en su cabeza y la deshidratación, por suerte para él se topó con una expedición de ingleses que se encontraban realizando inspecciones por el terreno y realizando cacería con halcones, los hombres lo alimentaron y lo ayudaron a llegar al puerto en el cual se embarcó para regresar a su hacienda.
Cuando se presentó con Don Francisco le contó que su hija había fallecido a manos de él protegiendo la vida de su esclavo, pero que no se preocupara que su honra estaba intacta, ya que al matarla había terminado con el bastardo del taimado esclavo, ya que la había convertido en su mujer.
Don Francisco palideció ante la noticia, amaba a su hija y no podía evitar sentir pesar al constatar que su vida se desperdiciara en vano protegiendo a un animal.
Invitó a Don Diego a refrescarse en la biblioteca y tomar una copa con él ya que le tenía una proposición que hacerle.
Pidió a la nana María Luisa que Francesca los atendiera. La nana se incomodó ya que ella era muy pequeña para realizar esas funciones para su edad, pero dado que un sirviente no tenía ni voz ni voto, solo inclino la cabeza y se dirigió con la pequeña para darle las instrucciones necesarias de cómo se tenía que comportar y como atender a su padre que a la vista de todos representaba la posición de tío.
Cuando Francesca entró en la biblioteca lo primero que vio fue a un apuesto señor con una nariz prominente, pero que hacía que su cara tuviera carácter y era muy atractivo, su padre le hablo.
—Francesca acércate a tu viejo tío. —Le hizo una seña con su mano para que la muchacha se acercara a ellos.
—Si tío. —Francesca se sentía rara por tratar a su padre como si fuera tío y con tanta familiaridad, ya que siempre se había tenido que referir a él como Don Francisco, a pesar que ya tenía meses tratándolo de esa forma aún no se sentía a gusto.
Don Diego, le presento al único familiar vivo que tengo y la cual a razón de la muerte de mi hija herede parte de mis posesiones. Sé que no es mi hija, pero yo tenía contemplado que uniríamos nuestros lazos creando una familia, esta jovencita dentro de dos meses cumplirá once años. Por lo cual si gusta podremos hacer el contrato correspondiente para que cuando cumpla quince puedan contraer nupcias y por fin podamos ser una familia.
Don Diego no esperaba la propuesta. Contemplo los rasgos delicados de la niña, su tersa y blanca piel, echo a volar su imaginación y concluyó que se volvería una hermosa mujer, la cual podría volverse digna madre y esposa.
—Don Francisco, creo que es lo correcto, lo único que le pido es que la mande a la capital, al claustro de monjas para que le enseñen lo necesario para fungír como la esposa que necesito, claro que yo me encargare del traslado.
El señor de la casa se levantó con una sonrisa en la boca y estrecho la mano de su futuro yerno.
Francesca solo los miraba y callaba ya que no podía salir de su asombro. Nunca en sus mejores sueños había imaginado que en un futuro sería aceptada por su padre y convertida en una señorita de sociedad y que fuera tomada en cuenta como parte de la familia y heredara parte de las posesiones de Don Francisco. Pero lo que más la emocionaba era saber que conseguiría un esposo tan guapo, claro que era mucho mayor que ella, pero dada la estampa que tenía nunca se cansaría de admirarlo y amarlo cuando fuera grande. Nunca más podría ser considerada una esclava y dejaría de ser una bastarda.
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Esclavo de Pasión y Odio
Historical FictionJoven del desierto esclavizado, siente atracción y odio por hija de hacendado la que esta prometida a su vecino pero se siente atraída por el esclavo. Advertencia: Este libro toca temas sensibles como el racismo, esclavitud y actos de violencia, son...