18.- Bandidos.

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Genoveva y Rosita, salieron al alba de la hacienda, la nana lloraba a mares por sus dos niñas, pero le quedaba Francesca para cuidar y mimar.

—Aquí tienen mis niñas, espero que Dios me las cuide y me las bendiga, tomen esta canasta con comida, por si no encuentran rápido un mesón para comer.

—Gracias, nana, nosotras también te extrañaremos. —Rosa se encontraba en el sillón frente a ella y se mostraba con cara de pocos amigos, para evitar una confrontación Genoveva se fingió dormida.

Al siguiente día, al descansar mal en una posada, Genoveva pidió que le volvieran a llenar la canasta de la nana, para así prevenir si no encontraban cerca un mesón o posada a la vereda del camino.

El coche iba bien, pero de repente, al frente del camino y como por arte de magia, cayó un tronco que obstruía el camino, los caballos relincharon, pero aun así el cochero pudo mantener el control del vehículo. Fermín ordenó tener las armas listas y que bajaran dos de los guardias para poder retirar el tronco del camino.

Asomo Genoveva su cabeza por la ventana para preguntar por lo sucedido, ya que el estruendo que escucho y la parada repentina del coche no era normal.

—¿Qué ha pasado Fermín? ¿porque nos hemos detenido?

—No es nada señorita, es solo un tronco, lo retiramos y seguimos con el viaje.

En cuanto los guardias se agacharon para levantar el tronco del camino, fueron sorprendidos por dos hombres que salieron a sus espaldas para atacarlos, les propinaron golpes en la cabeza dejándolos inconscientes. Cuando se percató Fermín de la agresión dio la orden de disparar. Los malhechores cayeron muertos por los disparos, pero de entre los matorrales salieron ocho bandidos más los cuales empezaron a pelear contra los guardias. La trifulca provocó que los asaltantes tomaron las armas de los inconscientes y dispararon a Fermín y al cochero. Un guardia al quedarse sin disparos se avento del caballo para enfrentarlos a golpes, pero finalmente lo terminaron matando a puñaladas. Los pocos asaltantes que quedaron vivos del enfrentamiento se encargaron de desvestir a los hombres muertos y a los inconsciente por los golpes propinados, cuando no tenia prenda alguna tomaron un puñal para  terminar con la vida de los guardias inconscientes y así poder usar sus ropas para manejar el coche sin levantar sospechas por los caminos.

Kamel, Safiy y Jamal, tenían una semana caminando y escondiéndose, su plan ahora que eran libres era llegar al puerto de Veracruz, para buscar la forma de viajar en barco de nuevo a su tierra. Todavía no sabían el cómo, pero el sentir la libertad los llenaba de entusiasmo, lo malo era que el entusiasmo no llenaba sus estómagos. Encontraron una liebre, como no contaban con arma alguna se dividieron para poder atraparla, corrían tras de ella, Kamel, fue el ganador en la carrera contra la liebre. Pero la detonación de disparos y gritos de mujeres hizo que a Kamel se le volviera a escapar la liebre, los tres se miraron esperando que alguno sugiriera que hacer. Kamel sigiloso se acercó al camino y pudo observar como un grupo de asaltantes acribillaban al cochero, y a los que estaban en caballo fueron desensillados de su montura y asesinados, aunque los bandoleros no salieron tan ilesos y ya solo quedaban cuatro de los diez que eran, por la ventana se asomó una joven y para la sorpresa de Kamel era Genoveva ni más ni menos.

Al cuarto día de viaje, sucedió lo que Genoveva casi le podía jurar a su padre que no sucedería, estaban siendo asaltados. Volvió a meter su cabeza con una amarga impresión en su rostro y Rosa gritaba histérica, tanto que Genoveva le dio una cachetada para que saliera del estado en el que se encontraba. Jamal, Kamel y Safiy tomaron por sorpresa a los bandoleros y terminaron noqueando a los criminales que quedaban con vida, sacaron fuera del camino el tronco y los cuerpos tanto de vivos como de inconscientes. Como Safiy era el único que contaba con la complexión de los masacrados, tomo un atuendo y se vistió como peón, los tres reconocieron el cuerpo moribundo de Fermín. Había recibido un disparo en su costado derecho, aun se encontraba con vida, pero a tantos kilómetros alejado de la civilización lo más posible era que la muerte llegaría por él, por lo que temeroso los quiso hacer recapacitar.

Esclavo de Pasión y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora