capitulo cinco

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—¿Entonces...que quieres decirme?— le pregunté pasando mis manos por mi pantalón tratando de limpiar el sudor de éstas.

Estaba nerviosa, las manos me sudaban como locas. Debía admitir que Dylan había sido una persona muy importante para mí, pero no negaría que verlo me traía recuerdos desagradables.

Tan solo recordar las cosas feas que me decía cuando estaba molesto, y aún así yo seguía con él, y ahora me preguntaba el porqué.

Nos habíamos alejado un poco de la casa para poder hablar sin que la ruidosa música electrónica nos interrumpiera. No sabía que iba a decir, y tampoco sabía que le diría yo.

—Lina, te diré que hace mucho que no te veía y, ahora estás frente a mi tan...cambiada.— volvió a mirarme de arriba a abajo soltando aire de sus pulmones—. Me arrepiento de como me comporté contigo antes, no te lo merecías, sé que fuí un maldito idiota por tratarte así. No sé cómo es tu vida ahora, no sé si ya tienes una vida hecha. Verás después del incidente en el hospital, me fui del pueblo. No te diré que cambié, pero si que he mejorado.

Bien, no sabía cómo reaccionar a su discurso, por así decirlo. No tenía la certeza de que verdad había mejorado, pero sí, notaba algo en él que antes no había visto.

¿Que debía decirle yo?

—Ahm, yo...no sé que decirte. Sí te diré que he madurado, ya no soy aquella niña que...tomaba decisiones precipitadas, y andaba por el mal camino, pero, no hay mucho que decir con respecto a mi.— solté una risita triste—. Debo decir que me alegra que hayas intentado cambiar, de verdad.

Seguimos mirándonos sin decir nada, solo...disfrutábamos del momento.

—Lina, te diría que todo este tiempo lejos de ti me ha ayudado a superarte pero, lo cierto es que...te sigo queriendo. Ya no es ese amor tóxico, te digo que todo este tiempo te he extrañado.

—Dylan, yo...

—Déjame terminar. Solo te pido que nos dés una oportunidad.— me miraba con súplica.

¿Cómo le decía que yo...no podía?

Sí, pasé mucho tiempo con él, y eso me hizo tener cierto aprecio pero, ya se había terminado. No...quería volver, simplemente no quería ni podía

—Dylan, no sé cómo decírtelo sin lastimarte pero, no puedes llegar a mi vida tan de repente después de casi tres años, a pedirme que vuelva contigo, es...es una locura. Ahora no estoy bien ¿sabes? No me siento bien como para ahora tener una relación contigo. Ha pasado mucho tiempo, de verdad no sé si mejoraste como dices, solo...no puedo.

Lo miré, él me miró.

Jamás pensé que esto pasaría en mi vida. De tan solo vivir ese momento me hacía pensar que era una película romántica bastante innecesaria para mí.

—No te pido que sea ahora, pero sí que...

—Dylan de verdad. ¿Acaso no recuerdas por todo lo que pasamos? No nos merecemos ésto. Lo siento pero...

No terminé la oración, solo me dí la vuelta para marcharme pero nuevamente su mano me detuvo.

—¡Hablo en serio!— le grité harta.

—¡Y yo también lo hago! De verdad pensé que podrías.... Me equivoqué contigo ¿No? Sigues siendo la misma idiota de antes. No piensas.

Abrí mis ojos por tal insulto que me había dado.

Su agarre en mi brazo se volvió fuerte hasta el punto en qué me retorcí, le supliqué que me soltara pero no lo hizo. Solo me miraba con desprecio y no entendía porqué. ¿Cómo pensé que de verdad había cambiado? Era idiota, él mismo lo había dicho, pero aún así no tenía derecho a eso de nuevo.

Nada es lo que parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora