—¡Usa tus reflejos!— escuché luego de recibir un fuerte puñetazo en mi mandíbula que me mandó al suelo.
Sentí como si me hubieran fracturado la mandíbula de lo fuerte que Drake me golpeó.
Porque sí, me estaba enseñando a pelear.
Fue raro y a la vez humillante al principio ver cómo Drake corría a Adam, asegurando de que él sería mi "profesor" en esto. El pobre se fue con el ceño fruncido por lo serio que sonó Drake al dejarle claro que él sería el único a cargo de mi entrenamiento.
Pero, nunca pensé que mi hermano fuese tan brusco al pelear conmigo.
Al principio empezamos con un par de trucos para esquivar ataques, y una vez que los pusimos en práctica, pude sentir el verdadero dolor físico.
No quería decir que me rendiría porque seguramente me insultaría alegando que soy débil. Así que no, no podía permitirme ese tipo de alegatos por parte de Drake. Al fin y al cabo, teníamos la misma sangre, cosa que era equivalente a ser fuertes sin importar lo que pasara.
Con respecto al beso, debía confesar que me sentí un poco incómoda al estar junto a él como si nada había pasado, él actuó de manera "madura", eso dicho por él mismo con respecto a la situación. Así que me dije a mi misma que debía olvidar tal hecho porque sino, me rompería la cabeza de tanto pensar.
Estaba tendida en el suelo sujetando mi mandíbula como si supiera que en algún momento se me caería. Drake mirándome desde arriba con las manos a cada lado de su cadera.
—¿Que?— lo miré rodando los ojos por su pensamiento de que eso se lleva en la sangre Brewster.
Idiota.
—Levántate.— dictaminó con voz dura—. Anda que ni siquiera llevamos veinte minutos.
—¿Si te das cuenta de como estoy? Seguramente tengo dos costillas fracturadas. Y ahora una parte de mi cara.
Me levanté con pesadez y fui hacia los bancos en donde reposaba una botella con agua fría.
Estaba empezando a tornarse un poco divertido pasar tiempo con él luego de todo lo que había pasado. Sinceramente por mi parte estaba dispuesta a dejar todo lo malo entre nosotros atrás y empezar de cero, como dos desconocidos. Pero, como siempre, Drake se hacía el duro. No sé porque pero siempre tenía una excusa para no avanzar como familia, y me frustraba.
—Mira será mejor que dejemos esto para después ¿si? No siento algunas parte de mi cuerpo.— me quejé sin mirarle a la cara.
—¿Que? ¿No se suponía que querías que te enseñara todo esto?— me miró con cara de pocos amigos un poco molesto—. Ni siquiera hemos practicado tiro al blanco. Por Dios Lina...
Lo ignoré y me levanté del banquito cojeando un poco por el dolor que sentía en mi cadera derecha.
Joder, que me había dado una paliza.
Lo único que tenía seguro era que cuando aprendiera lo sufiente, le daría la paliza de su vida. Me lo prometía.
Caminé por el camino verde que llevaba hasta la casa, una vez dentro pasé por unos pasillos con dirección a la cocina por algo de comer, pero me detuve al escuchar la voz de Dévora un poco confidencial.
—Que no es tan fácil te digo. ¿Crees que si lo fuera todavía estuvieras esperando?— asomé un poco la cabeza para observarla de espaldas a mi hablando en susurros por teléfono algo alterada—. Créeme cuando te digo que te la voy a entregar, fue lo que te prometí, pero entiende, pertenece a la familia y no es idiota.
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Nada es lo que parece
Mystery / ThrillerLos secretos abundan, el misterio prevalece y la traición reina. Aquí no se puede confiar en nadie...porque nada es lo que parece.