Capítulo 57

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Cuando Fu Yuanchuan escuchó eso, su mano se congeló y la caña de pescar en su mano que no había sido enrollada cayó hacia abajo, pero la atrapó rápidamente y la colocó a su lado.

Al verlo en tal pánico, los ojos de Jun Qingyu se curvaron y preguntó—¿Cómo es? ¿Estás feliz de pescar un pez?

—Estoy feliz—Fu Yuanchuan respondió suavemente. Miró al pececito bastante impotente. Levantó la mano para sostener la del pequeño pez que estaba envuelto con el hilo de pescar y deshizo el hilo de pescar alrededor de su mano.

—¿En serio?—Jun Qingyu se apoyó en su hombro y parpadeó inocentemente.

Fu Yuanchuan sostuvo la mano del pequeño pez. Bajó la cabeza para besarlo y lo convenció—Compórtate.

Una vez que lo envolvió alrededor del anzuelo, usó el borde afilado del anzuelo para enganchar un gran trozo de carnada, la cual colgó del anzuelo.

No balanceó el anzuelo ni hizo ningún otro movimiento superfluo, simplemente lo colocó verticalmente y luego esperó en silencio.

Algunas de las sobras cortadas por la tienda de barbacoas se tiraban al mar y los peces venían a comérselas. Con el tiempo, habría muchos peces en los alrededores.

Simplemente no sabía si estos peces, que estaban acostumbrados a los mariscos, estarían interesados ​​en el cebo.

Después de que el anzuelo se hundió, todo estaba en paz y el flotador se sacudía de forma tambaleante sobre la superficie del agua.

La superficie del agua estaba muy tranquila, tanto que no entraban olas. Jun Qingyu sintió que era difícil pescar—Si no podemos pescar, ¿qué comeremos esta noche?

Fu Yuanchuan movió su caña de pescar y tiró de la línea para echar un vistazo. El cebo ya se había comido. Colgó un poco más de nuevo—¿No atrapé uno? Si no puedo atrapar a los demás, primero asaré ese pescadito.

Jun Qingyu se sorprendió, ¿de dónde vino ese pequeño pez...?

Al encontrarse con el par de ojos sonrientes de Fu Yuanchuan, Jun Qingyu entendió al instante. Él resopló y se tocó la mejilla—Tu pez se porta tan bien, ¿cómo puedes comer tu pez?

Fu Yuanchuan acarició la cabeza del pequeño pez y aprovechó la oportunidad para poner su mano alrededor de su cintura—Si no podemos atrapar otros peces, no podemos morir de hambre.

Jun Qingyu abrió y cerró la boca, estaba a punto de hablar cuando vio que el flotador en el agua se hundía rápidamente y luego volvía a flotar.

Se tiró hacia adelante y hacia atrás varias veces, y el flotador comenzó a dar vueltas en el agua.

—¿Un pez ha mordido?

—Mhm—Fu Yuanchuan estaba muy tranquilo. Según el sentido común, era hora de ponerse de pie, tomar la caña de pescar y comenzar a enrollar la línea hasta que el pez en el agua se agotara, y luego tirar del pez hacia arriba.

Sin embargo, los ganchos del restaurante estaban hechos especialmente y no había necesidad de hacer movimientos superfluos. Fu Yuanchuan no se movió, simplemente esperó en silencio hasta que el balanceo del flotador en el agua se hizo cada vez menor, luego comenzó a enrollar lentamente la línea.

Jun Qingyu abrió la canasta de pescado y miró al pez que todavía agitaba la cola y dijo—Este pez es tan grande.

Era un poco como una carpa herbívora, pero era mucho más grande. También tenía algunas pequeñas púas en su cuerpo. Cuando lo sacaron, su boca se abría y cerraba, y sus dientes adentro se podían ver claramente. Sus ojos eran redondos y, en conjunto, se veía muy feroz y vicioso.

Transmigrado a la sirenita del jefe violentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora