Agotante | Harry Potter x Stranger Things | Draco Malfoy y Tú [TERMINADA]

•One•

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•IT'S YOUR FAULT•
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—¡Mierda, mierda, mierda! Llegamos tarde! —gritó Dustin. Los cuatro chicos y su amiga iban en bicicleta por las calles de Hawkins, ya de noche—.

—Vamos, ¡id más rápido! —Jenna comenzó a pedalear más rápidamente, al igual que sus amigos—.

—Nos la vamos a cargar! Es vuestra culpa! Si no os hubierais parado Dustin y tú a acariciar a ese perro, no llegaríamos tarde! —les regañó Lucas transpirando—.

—¡No seas irritante! Estaba perdido Lucas! —le reprimió la pelinegra—.

—"Estaba perdido Lucas" —imitó—.

—¡Dejad de pelear ya! —les paró Mike—.

—No soy yo! És el que está irritante! —reprochó la chica—.

—Te recuerdo, que nos van a regañar a todos por tu culpa. Nos has echo ir hasta el bosque para ver a ese maldito perro. Claro, como a ti no os regañan ni a ti ni al estúpido de tu hermano... —gritó enfadado—.

—No te atrevas a hablar mal de mi hermano!

—Pues hablo mal de ti ¿si? Estúpida! —Detuvo su bici. Los demás lo imitaron con confusión—. —Ahora, si no te importa, voy a tomar un atajo para que me maten antes al llegar a casa. —dicho esto se fue por el bosque—.

—¡Lucas! Venga Lucas vuelve! —se quejó Mike. Miró a su amiga—. —Lo siento. —se disculpó suavemente. Después de unos segundos en silencio, giró su bici y se subió de nuevo para ir con su amigo. Jenna lo vio alejarse con el entrecejo fruncido—.

—Será mejor que yo también llegue lo antes posible. Mamá no está en casa pero no quiero asustar a Jonathan. —avisó Will, Dustin y ella se quedaron solos—.

—Siento que te haya hablado así, él...

—No importa. Solo está enfadado. Ve con ellos si quieres.

—Pero...

—Ve. Yo seguiré por aquí, no me gusta ir por ese camino a estas horas. Lamento que os vayan a reñir.

—El niño le regaló una pequeña sonrisa y con un gesto de despedida se adentró por el bosque, siguiendo el atajo. Jenna suspiró y miró al rededor algo asustada. Miró hacia atrás y se abrochó mejor la sudadera notando el vaho que desprendían sus respiraciones ante la fría noche.

Decidió volver a emprender su camino mirando hacia alrededor de vez en cuando. Solo se escuchaban las hojas de los árboles movidas por el viento, animales y coches lejanos. Después de unos minutos, todas las luces de farolas que iluminaban la carretera se apagaron dejando casi a oscuras a la chica si no fuera por la luz de la luna y estrellas, o casas situadas en la lejanía. Se detuvo y miró alrededor, asustada.

Su vista fue de nuevo hacia arriba al ver como las luces regresaban. Volvió a seguir con su camino rápidamente.

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—¿Donde estabas? —preguntó su hermano al verla entrar sigilosamente por la puerta a espaldas de él. Con la sudadera totalmente abrochada y la capucha cubriendo su pelo, para protegerse de la lluvia chispeante que había estado cayendo. La niña se detuvo en seco cerrando fuertemente sus ojos y acabó de cerrar el pomo de la puerta principal con una mueca de fastidio. Agarró fuertemente su mochila y se giró poco a poco. Vio a su hermano Steve, en el sillón de la sala leyendo un libro, lo que la sorprendió—.

—¿Qué haces leyendo? —se bajó la mojada capucha y se apartó un mojado mechón de pelo de la cara con curiosidad—.

—No has respondido mi pregunta. Y no leo, solo hago ver que lo hago por que me han castigado y mamá no para de bajar a ver si estoy portándome bien y estudiando. Le he dicho que estás dormida en tu habitación, así que contesta ya y rápido y sube a secarte. —Hubo un silencio—. ¿Y bien? —insistió—.

—Jenna suspiró—. —Me he retrasado un poco y me he entretenido con los chicos ¿si? —explicó con molestia—.

—Eso está claro. ¿Has venido sola?

—Mhhh... no. No, los chicos han cruzado la esquina hace nada. —mintió—

—¿Has cenado? —preguntó en un susurro al haber creído oír un ruido en la puerta del piso de arriba—.

—Si, hemos cenado hace rato.

—Vale, ¿necesitas algo?

—No, gracias.

—Vale, pues, voy... a... seguir..."leyendo" —dijo entre comillas con los dedos. Señaló el libro con una mueca de disgusto—.

—Pues te dejo estudiar. —se despidió burlona besando su mejilla—

—Bah, me has mojado. Que pena, tengo que subir a mi cuarto a cambiarme la camiseta. —dijo sarcástico mientras su hermana se alejaba. Ella rió—.

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Subió sigilosamente las escaleras y entró con cuidado de no hacer ruido al cerrar la puerta de su cuarto.

Después de cerrar lentamente el pomo, caminó hacia el armario, agarró un pijama limpio y se adentró en el lavabo de la habitación para darse una ducha caliente.

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