•Twenty-two•

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•HARRY'S NOTICE•
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Los días pasaban demasiado rápido. Jenna estaba mucho mejor y más relajada. Seguía sin tener contacto con sus amigos, pero al menos, los demás chicos le habían hablado. Puede que discutiera un poco con Mike, Lucas y Will, pues ni si quiera le habían hablado para navidad. Pero todo estaba solucionado y se habían disculpado. Byers le dijo que no estaba teniendo un año muy bueno, y que le explicaría cuando se vieran.

Por otro lado, Draco parecía ser una cura al corazón. Y Blase, una cura al alma.

Su novio la hacía sonreír día si y día también, enternecida. Aunque tenía que regañarlo de vez en cuando por su comportamiento. Después de casi seis meses juntos, se había rendido y ahora solo le daba una mala mirada.

Era una rutina encontrar regalos muy costosos por cualquier tontería o simplemente de la nada. Cada día la recibía con un ramo de sus rosas favoritas: negras y otras veces azules. Las primeras parecían tener mensaje oscuro, pero en realidad le gustaba por lo fuertes que parecían y lo elegantes que se veían. Y las azules fuerte, simplemente le transmitían fortaleza y eran bonitas a sus ojos. Se encontraban en el pie de la escalera cada mañana, le daba el ramo y salían de la sala común agarrados de la mano y riendo.

El rubio le regalaba perfumes caros, vestidos, relojes, pulseras, collares, y sobre todo, anillos. Jenna no podría describir lo que sintió la primera vez que él le regaló un anillo. Sin duda lo recordaría como uno de sus momentos favoritos en años. Se encontraba todo tipo de cosas innecesarias y que ella realmente no necesitaba ya sea en el pie de la cama, en su mochila, su abrigo, o de la propia mano de su novio. Ella ya le había dicho que no era necesario y no debía darle nada, pero sus palabras, (aunque con agradecimiento), parecían darle igual, pues seguía comprándole cosas. Lo que más hacía que sus ojos brillasen, era encontrarse una carta doblada metida en el bolsillo una vez acabado el día. No sabía como le hacía, pero ella jamás se daba cuenta cuando se la ponía. Pero daba igual si se iban a ver más tarde o no, siempre se iba a dormir con una nueva carta en sus manos y una sonrisa dibujada en su rostro.

Realmente ella no se esperaba que fueran a durar tanto. Casi seis meses... concretamente cinco meses y dos semanas. Y cada que cumplían uno más, el chico estaba más cariñoso y le felicitaba un: feliz aniversario, princesa. Realmente se ponía muy roja cuando la llamaba por apodos. Un mes atrás, el Slytherin le había llamado "amor" con toda la sala común ahí. Y ahora, no paraba de hacerlo. Por supuesto, no le molestaba, y no iba a pedirle que dejara de hacerlo. Sería hipocresía teniendo en cuenta que ahora ella también lo hacía. Le gustaba ver su reacción cuando lo llamaba por su nombre, cosa que hacía rabiar al rubio a más no poder, pues ya se había acostumbrado a que se refiriese a él cariñosamente.

Ahora, la vida parecía sonreírle. Llevaba al menos tres meses y medio teniendo buenos días desde que había retomado contacto con sus mejores amigos en el mundo muggle. No podía pedirle tanto a Max, y tampoco se enfadaba con ella, puesto que la pelirroja al parecer evitaba a todo el mundo. Jenna estaba sumamente preocupada por ella. Había hablado unas cuatro cortas veces con ella, y parecía triste. Muy triste... le había comentado que estaba viendo q la psicóloga del colegio. Ella no quería, pero la mandaban ahí por la bajada en sus calificaciones.

Agotante | Harry Potter x Stranger Things | Draco Malfoy y Tú [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora