Agotante | Harry Potter x Stranger Things | Draco Malfoy y Tú [TERMINADA]

•Twenty-eight•

•CAUGHT UP•
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Los chicos se encuentran tras un muro, escondidos. Acaban de pasar algunos rusos y un camión de cargas.

Steve se asomó y caminó de puntillas.

—Vale, despejado. —susurró—. —Venga, vamos.

—Ha ido de poco. —suspiró aliviada Robin—.

—Demasiado poco. —murmuró nervioso Theo—

—¡Tranquis! —les tranquilizó Steve con una risa soberbia—. —¿Vale? —rió—. —Tranquis, no nos han... visto. —su expresión cambió—.

Ahora, habían megáfonos, muchos coches de carga, y muchos trabajadores. El pasillo infinito se había acabado y parecían estar en el núcleo de todo. ¿¡Y ahora que se suponía que iban a hacer para no ser vistos?!

Se quedaron boquiabiertos, mirando con horror a los militares y vigilantes, que iban a tope de armas y trajes... ¿científicos?

—¡Joder! —susurró Steve. Rápidamente, decidieron agacharse y pegarse al muro—. —¡que fuerte!

—El amanecer rojo... —dijo Dustin—.

—¡La he visto! —exclamó Erica—. —Primera planta, noroeste.

—¿Que has visto? —preguntó Steve—.

—¡La sala de comunicaciones!

—¿La sala de comunicaciones? —repitió mirando hacia los trabajadores—.

—¡Correcto!

—¿Estás segura? —preguntó Dustin. No podían arriesgarse para nada ni dar un solo paso en falso ahora—.

—¡Segurísima! La puerta se ha abierto un segundo y he visto un montón de luces y máquinas y trastos raros.

—Podrían ser cientos de cosas. —habló él. Robin miró a Steve—.

—Yo me arriesgaría. —el pareció pensárselo, luego, miró a su hermana, que asintió segura. Suspiró y negó con la cabeza para volver a mirar hacia allí. Todos se asomaron y miraron. Volvieron a volverse. El problema, es que eran muchos, y vestían... bueno... dos con trajes marineros, una de rosa com tutú, Jenna y Dustin com una camiseta naranja chillón, Daphne con una camiseta roja y una chaquetita que canta que no veas y Theo con una camiseta ¡amarillo pollo!

—¿De acuerdo, tenemos que ser muy discretos vale? —susurró el mayor—.

—Vale. —asintieron—.

Comenzaron a gatear para salir del escondite y muy agachados, se escondieron en otra parte. Pendientes a buscar momentos clave para moverse. Siendo Steve, el que les guiaba. Se movieron hacia otro lado.

—¡Shh! Vamos!

Pudieron ver como un hombre con bata y libreta salía distraídamente por la puerta. Se miraron entre ellos y no perdieron demasiado tiempo en moverse hacia allí. Steve aguantó la puerta antes de que se cerrara y dejó pasar a todos.

—¡Shh! Venga! —susurró mirándolos. Todos se apresuraron a entrar por la puerta. Todos se quedaron pegados a la pared, inmóviles y con los ojos muy abiertos mientras temblaban de arriba a abajo. Steve todavía cerraba la puerta, sin girarse, pero cuando lo hizo, se quedó como el resto.

Había un ruso sentado en una silla en la sala de comunicación. Se levantó, confuso, y se giró hacia ellos quitándose los cascos sin saber muy bien que hacían allí.