32. Noche De Peligro

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Ya llevamos dos días caminando por las vías del tren hacia Terminus, ya no tenemos casi nada de comida y eso que hemos intentado de reservar.

Rick: Creo que aún tenemos agua para un día —vamos agarrados de la mano —. Por suerte, refresca un poco, pero...

Volteamos hacia atrás, sonrió al ver a Carl y Michonne caminante por el borde de las vías intentando no caer.

Rick: ¿Qué están haciendo? —suelto su mano, me cruzó de brazos.

Carl: Ganó una apuesta.

Michonne: Ni lo sueñes —sonrio divertida.

Carl: Aún puedo —se tambalea, pero no cae.

Michonne: Hablaste demasiado pronto, sabelotodo.

Rick: Esto va a durar mucho —nos acercamos un poco —. ¿Quizás podamos acelerar un poco?

Michonne: Si, es cierto. Estamos perdiendo el tiempo. Tal vez deberíamos... ¡Carl! —por tratar de asustarlo se cayó.

Carl: Gané —baja de un salto —. Paga.

Michonne saca de la bolsa las dos barras de chocolate que nos quedan.

Carl: ¿De verdad son los últimos chocolates?

Rick y yo nos miramos, divertidos por lo que estamos presenciando.

Michonne trata de que tomará el primer chocolate, porque el segundo es su favorito. Pero Carl lleva su mano al segundo.

Michonne: ¡Oh vamos!

Carl: Tú lo dijiste —sonrie divertido —. Él que gana escoje.

Michonne: Adelante, tómalo. Es tuyo —guardo el otro chocolate —. Te lo ganaste en buena ley.

Carl parte el chocolate en dos, le extiende una parte a Michonne.

Carl: Vamos, siempre compartimos —ella lo toma.

Seguimos caminando, Carl se coloca a mi lado y me extiende un pequeño pedazo de chocolate.

Kate: Gracias, cariño —lo tomo, nos miramos sonriendo.

...

Estamos terminando de calentar la última lata de sopa que nos queda.

Rick: De 1 a 10 —lo miramos —, ¿cuánta hambre tiene?

Carl: Quince

Michonne: Veintiocho

Kate: Cuarenta.

Rick: Si, bueno. A pasado mucho tiempo —se levanta —. Iré a revisar las trampas.

Carl: ¿Puedo ir contigo?

Rick: ¿De qué otra forma aprenderás? —Carl se levanta, Rick nos mira a nosotras —. Hey, también ustedes.

Kate: Si, señor mandon —nos levantamos.

Con los pies, tiramos tierra a la fogata para apagarla.

Tuvimos que detenernos en la noche y armar un campamento para dormir, no tuvimos muchos problemas así que dormimos bien.

Amarramos las latas vacías a los árboles para despertarnos cuando un caminante pase por ellas y las haga sonar.

Rick toma una de las bolsa, caminamos hacia las trampas.

Rick: Nos quedaremos un día o dos —explica —. Descansen un poco más.

Michonne: ¿Ya sanaste?

Rick: Falta poco.

𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora