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Capítulo 133: Elijo mi propio camino

- ¡Vil criatura! ¡Qué tipo de mirada es esa! –

Ning Yaohua se enfureció.

Justo cuando estaba a punto de desahogar su temperamento, la puerta de la sala se abrió desde adentro.

Ning Yaohua y Zhuang Lingyu inmediatamente arrojaron a Ning Xi al fondo de sus mentes y se apresuraron a subir a la puerta.

-Su Yan, ¿cómo está Xueluo ahora? -

-Está bien por ahora, pueden entrar a verla. –

Su Yan respondió, luciendo cansado. Después de eso, se volvió para mirar a Ning Xi, cuya mejilla estaba ligeramente hinchada y roja, con una mirada profunda.

Zhuang Lingyu inmediatamente se arrojó al lado de la cama de Ning Xueluo y la miró de arriba abajo.

- ¡Mi querida! ¿Cómo te sientes? ¿Duele? ¿Te duelo alguna otra parte? -

Ning Xueluo sonrió débilmente.

-Mamá, estoy bien ahora. El médico dijo que es solo una herida superficial. -

Zhuang Lingyu le acarició el cabello con ternura.

-Eres una niña y está herida va a dejar una cicatriz tan grande. ¡Sigues diciendo que estarás bien! Si la espada se hubiera hundido un poco más, ¡no estarías vivo ahora! Esa maldita chica, ¡cómo podía ser tan cruel! ¡Incluso la tratas como a tu hermana mayor! -

-Jie-jie, ella...-

La expresión de Ning Xueluo se atenuó, pero se aguantó y continuó hablando.

-Papá, mamá, no culpes a jie-jie. No es su culpa, algo salió mal con las espadas. -

Ning Yaohua resopló con frialdad al escuchar eso.

-Niña tonta, ¡cómo pudiste ser tan tonta! Ese accesorio estaba perfectamente bien ¿Cómo pudo haberle salido algo mal? -

Después de que terminó de hablar, se volvió hacia la puerta y le gritó a Ning Xi, que estaba parado allí.

-Infame, ¿por qué sigues ahí parada? ¡Entra y discúlpate con Xueluo ahora mismo! -

El rostro de Ning Xi tenía una expresión indiferente como una máscara impenetrable.

-No hay nada por lo que tenga que disculparme con ella. Si quieres que me disculpe, claro, muéstrame la evidencia. Si tienes pruebas, incluso puedo darle mi vida como compensación. -

El dedo de Ning Yaohua tembló cuando la señaló.

-Aún te niegas a admitir tu error incluso ahora. Te dejo un poco de dignidad al no investigar este asunto. No te vas a arrepentir hasta que veas que tu fin está cerca, ¿verdad? ¿Tienes que avergonzarme completamente antes de que estés satisfecha? -

A los ojos de Ning Yaohua, era su imagen la más importante.

Ning Xi se burló.

-Si realmente quisiera vengarme de ella, estarías viendo su cadáver ahora. ¿Cómo tendrías la oportunidad de representar un drama familiar aquí? -

Ning Yaohua golpeó la mesa con fuerza.

-¡Deja de hablar conmigo! Ning Xi, ¿te vas a disculpar o no? Si admite sus errores y te disculpas, luego te retiras de la industria del entretenimiento, puedo tomarlo como si todo esto nunca hubiera sucedido. Si quieres salirte con la tuya...-

-¡Gracias, pero prefiero salirme con la mía! –

Ning Xi se echó a reír y se despidió de ellos, antes de girarse para irse sin mirar atrás.

El rostro de Zhuang Lingyu estaba lleno de incredulidad.

-¡Mira cómo está actuando! ¡No puedo creer que di a luz a algo tan vergonzoso! -

Ning Yaohua estaba tan enojado que tuvo que caminar.

- ¡Qué criatura más vil! ¡Ella realmente me hizo enojar ahora! -

Ning Xueluo persuadió ansiosamente.

-Papá, olvídalo. Estoy bien ahora, no te enojes con Jie-jie, ¡lastimarás tu cuerpo! -

-Ya la dejé escapar una vez más, y ella realmente hizo tal cosa. Ella intentó hacerte daño esta vez, quién sabe si podría intentar matarte la próxima vez. ¡No puedo simplemente olvidarme de este asunto! -

-Pero papá...-

-Muy bien, no pienses más en este asunto. Me haré cargo de ello. -

-Así es, deja que tu papá se encargue. Solo concéntrate en recuperarte. ¡Tu papá te dará un resultado satisfactorio! -

Los ojos de Ning Xueluo se enrojecieron y parecía que estaba conteniendo su resentimiento por ser intimidada. Con una expresión de agradecimiento.

-Gracias papá, gracias mamá. No tienes que hacer eso, estoy bien. -

Su Yan, que había estado en silencio desde hace un momento, le dio una palmada en el hombro.

- ¡Xueluo, eres demasiado amable! Ning Xi se fue por la borda esta vez. El tío tiene razón. ¡No podemos dejar que siga actuando con tanta libertad! -