Capítulo 73: Como si su cuerpo estuviera vacío.

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Todas las mujeres jóvenes del set comenzaron a volverse locas nuevamente después de ver esta escena.

- ¡Ah! Muye en juego de esclavitud, incluso en mis sueños pienso atar a Muye y tirarlo en la cama.-

- ¿Por qué estás tan emocionada? ¡No eres tú la que sube ahí! –

-Maldita sea, maldita sea. ¿Por qué tiene que ser esa zorra molesta? –

-Enserio, ella es tan molesta. ¿No puede Muye pedirle al director que la cambie? ¡ella no es lo suficiente buena para él! –

-Ejem. –

Guo Qisheng tosió para indicar a todos que se tranquilizaran. Luego aplaudió y gritó.

-Muy bien, todos prepárense. Tres, dos, uno ¡ACCION! –

Ning Xi no se vio afectada en lo más mínimo por la charla. Cuando el sonido de la voz del director se apagó, su expresión cambio de inmediato.

Sus ojos se convirtieron en los de una joven de dieciséis años, puros y claros, tan vivos como el sol. Su rostro estaba perfectamente adorado con una expresión perezosa y despreocupada.

Se levantó el dobladillo de la falda, levantó un pie y abrió la puerta de una patada.

A continuación, la cámara enfocó a Jiang Muye.

Un joven se encontraba tumbado sobre las sabanas color carmesí con las manos y pies atados. Ese color hizo que su tez pareciera aún más pálida y frágil, dando a cualquier observador el deseo de devorarlo.

Al escuchar la patada en la puerta, Sun Huanqing abrió lentamente los ojos. Observó aturdido como una mujer joven se acercaba a la cama con una luz brillando detrás de ella.

Meng Changge sentó su trasero junto a la cama. Sacó del pecho un paquete de papel engrasado.

-Tuve que esperar una hora en la fila para comprar estas castañas fritas en Fuxing Store. ¿Vas a comer algo? –

Sun Huanqing volteó su cabeza y cerró los ojos, ignorándola por completo.

Meng Changge peló una castaña y se la arrojó a la boca. Ella sonrió astutamente.

- ¿No vas a comer? ¡Entonces te voy a dar de comer! De una manera que podría avergonzarte. –

-TÚ... -

Sun Huanqing inmediatamente abrió los ojos. La expresión de sus ojos era tres partes de ira y siete de humillación.

-Eres una chica. ¿Cómo pudiste ser tan inmodesta? –

Meng Changge le lanzó una mirada de reojo y arqueó sus cejas.

- ¿Modestia? ¿De qué sirve sentir vergüenza? ¿Puede eso matar a un enemigo o atraer a una esposa? –

Sun Huanqing estalló de ira.

-La familia Meng es leal y justa. Cada uno de tus antepasados luchó en la guerra por el país, pero tú... pasas tus días fugándote e intimidando a otros. ¿Cómo te enfrentaras a los antepasados de tu familia? –

Meng Changge había escuchado esas mismas palabras de las que personas que la rodean con tanta frecuencia que prácticamente se las sabía de memoria. Usando sus dedos para taparse los oídos, habló en voz alta mientras sostenía una castaña en su boca.

-Aún estás soltero, incluso a esta edad. Hay tres formas de no ser filial, pero la primera es no tener descendientes. ¿Cómo se enfrentará a los antepasados de su familia? –

Sun Huanqing casi muere de frustración por su lógica retorcida. Habló con altivez.

-Esos son dos asuntos diferentes. ¡además, mis antepasados están en otra parte! –

Meng Changge dio un pisotón junto a la cama. Usando el latigo en sus manos, azotó a Sun Huanqing una y otra vez. Finalmente, ella levantó su barbilla de una manera que no fue dura ni gentil. Su expresión era como la de un pequeño zorro astuto y travieso.

-Doctor Sun, ¿Qué piensas de esta sugerencia? Seré tu esposa y una vez que me convierta en tu esposa, hare lo que me digas. Si quieres que camine hacia el este, no caminare hacia el oeste. Si quieres que sea buena, te escuchare obedientemente. ¿No podremos los dos enfrentar a nuestros antepasados de esta manera? –

Sun Huanqing quedo atónito. Un rastro de urgencia cruzo por su rostro.

-Tú... ¡No digas tonterías! –

Como si hubiera descubierto un mundo completamente nuevo, Meng Changge se deslizo hacia delante hasta casi tocarle la cara.

- ¿Eh? Doctor Sun, se está sonrojando. Realmente te gusto, ¿No? ¿Por qué no nos saltamos nuestra noche de bodas y cerramos el trato? –

- ¡CORTE! –

Todos estaban llenos de anticipación cuando el director gritó "corten".

- ¿Por qué se detienen? ¿Por qué no siguen rodando? ¡AHH! ¡Quería seguir viendo cómo iban a cerrar el trato!

Obtuve un esposo y un hijo gratisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora