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Capítulo 163: Sus gustos no son tan extremos.

Un destello frío brilló en las profundidades de los ojos de Lu Tingxiao.

- No hay prisa. -

Lu Jingli se frotó la barbilla.

- Así es, tenemos nuestra carta de triunfo de todos modos. Deja que cause más problemas. ¡De esa manera, será más divertido cuando llegue el momento! -

- Prepara un contrato para Ning Xi. –

Instruyó Lu Tingxiao.

Al escuchar esto, los ojos de Lu Jingli se iluminaron de inmediato.

- ¿Un contrato? Hermano ¿finalmente te estás preparando para traer a la cuñada a The Golden Age? -

- Prepara también para mí un conjunto de perfiles de todos los gerentes de Golden Age. – 

Sus palabras podrían contarse como una respuesta indirecta a la pregunta de Lu Jingli.

- ¡Lo tengo, lo tengo! ¿Vas a elegir personalmente a un gerente para Xiao Xixi? Caray, si me dieras el 0.001% del mismo tratamiento que le das a Xiao Xixi, ¡estaría bastante satisfecho! –

Lu Jingli se quejó en tono amargo.

Al escuchar esto, Lu Tingxiao le lanzó una mirada de reojo y de repente se acercó a él con una mano.

Lu Jingli pensó que lo iba a golpear e inconscientemente se retiró hacia atrás para esquivar su mano.

- ¿Qué dije mal esta vez? -

Al final, Lu Tingxiao simplemente extendió la mano para palmear la parte posterior de su cuello.

Un gesto sumamente íntimo viniendo de su hermano.

Lu Jingli estaba abrumado por el favor inesperado y estaba a punto de ascender al cielo, incluso sus oídos se habían puesto un poco rojos.

- Hermano, ¿qué... qué estás haciendo? –

Lu Tingxiao frunció el ceño mientras lo miraba, pero su tono era muy suave.

- No solo pienses en jugar todo el día, trabaja duro y encuentra a alguien con quien te guste pasar el resto de tus días. -

Lu Jingli tenía una expresión de asombro por un momento antes de que su cuerpo se estremeciera con dureza.

- ¡Oh, Dios mío! ¡Me estás asustando! Hermano ¡recibir un trato tan cálido de tu parte de repente es aún más aterrador que cuando me golpeaste! -

- El matrimonio es importante. Yo me ocuparé de eso cuando regresemos. –

Lu Tingxiao habló.

- ¡OH! ¡Por favor no lo hagas! Hermano ¡déjame seguir vagando libremente! ¡Por favor déjame ir libre! ¡No te molestaré más! ¡Por favor, sigue siendo tu yo frío habitual! – 

Lu Jingli casi se orina en los pantalones asustado.

¿Y si su hermano eligiera a una mujer tan aterradora como él?

¿Y si eligiera a una mujer como Xiao Xixi? ¡Definitivamente no podría manejarla!

¡Sus gustos no son tan extremos! ¡Le gustan las mujeres amables!

Lu Jingli de repente se volvió ingenioso en medio de su emergencia.

- Hermano, ¡no nos corresponde a los hombres preocuparnos por cosas así! ¿Por qué no esperas hasta que te hayas establecido con la cuñada y luego dejas que la cuñada me presente a alguien? ¡Mi cuñada seguramente tiene una gran perspicacia! -

Lu Tingxiao lo consideró por un momento después de escuchar la sugerencia.

- Está bien. -

Lu Jingli se palmeó el pecho y exhaló un suspiro de alivio, ese fue un escape por poco.

Había pasado por novias bastante rápido en el pasado, pero ahora ya hacía casi medio año que permanecía soltero.

Por alguna razón, había comenzado a sentir que no tenía sentido tener citas. Actualmente, realmente no quería comenzar a salir de nuevo en absoluto.

Especialmente después de ver a su hermano con Ning Xi, le hizo sentir que el "amor" que había tenido en el pasado no tenía sentido.

Muy bien, lo admitió. Él estaba celoso.

Estaba celoso de que su hermano finalmente hubiera logrado encontrar su verdadero amor a pesar de esperar 32 años. No sabía si alguna vez encontraría el suyo en su vida.

Cuanto más pensaba en ello, más triste se ponía, así que decidió firmemente no quedarse aquí y seguir siendo abusado por las muestras de afecto.

- Hermano, si no hay nada más, ¡me iré primero! ¡Prepararé rápidamente las cosas que quieras y te las enviaré! Adiós. -

No fue hasta la noche del día siguiente que Ning Xi finalmente se despertó.

Cuando volvió a abrir los ojos, sintió como si su cuerpo flotara. Su mente estaba confusa y se sentía como si el día anterior hubiera sucedido hace una vida.

Cuando Lu Tingxiao abrió la puerta de la sala, esta fue la escena que se encontró con sus ojos.

Bajo el resplandor de la puesta de sol desde fuera de la ventana, la niña vestida con una bata de hospital holgada parecía que acababa de despertar. Ella se sentó con obvia confusión en la cama de hospital de un blanco puro, una expresión aturdida en su rostro, atrayendo simpatía y afecto, así como la abrumadora necesidad de llevarla a sus brazos.