Capítulo 18

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Haerin y yo estamos oficialmente juntas. Ella es mi novia, mi verdadera novia esta vez. Casi parece un sueño. Quiero decir, sólo han pasado unos días desde que vino a mi casa empapada a confesarse, pero también parece que fue hace una eternidad. Se fue a casa el domingo por la mañana porque su padre no paraba de reventarle el teléfono diciéndole que volviera a casa inmediatamente. Odio que haya tenido que volver con ese hombre, que tenga que vivir con él al menos dos años y medio más.

—¿Por qué frunces el ceño? —me giré y vi a Haerin apoyada en el casillero siguiente al mío. ¿Ha estado ahí todo este tiempo?

—Sólo pensaba en que tendrás que vivir con tu padre —cierro mi casillero y me apoyo en el, mirando a Haerin. La más joven se ríe un poco antes de agarrar una de las mangas de mi chaqueta jugando con ella.

—Bueno, yo no diría que está fuera de lo normal que un niño viva con su familia... —me burlo, me inclino y la acompaño a su primera clase.

—Sabes lo que quiero decir —frunzo el ceño, haciendo que Haerin me choque con el hombro.

—No es tan malo —sonríe, apoyándose un poco en mí.

Decidimos antes de que se fuera ese domingo, que mantendríamos el contacto al mínimo y guardaríamos nuestra relación para nosotras. Bueno, aparte de Hanni y Danielle. Si fuera por mí, lo gritaría a los cuatro vientos, pero por el bien de Haerin es mejor mantenerlo en secreto. Su padre es extremadamente homofóbico y la mayoría de la gente lo es aquí. Recuerdo cuando Kim Chaewon y su novia salieron del armario y fueron básicamente condenadas al ostracismo. Ella era literalmente la capitana del equipo de animadoras, y de repente no era nada. Por suerte salieron del armario al final de su último año, así que no tuvieron que soportarlo mucho tiempo. No me importa lo que la gente me haga o me diga, pero sí me importa que traten bien a Haerin. Ella se lo merece.

—Haerin, es un gilipollas. Literalmente me llamaste llorando en cuanto llegaste a casa porque era un desastre borracho gritándote.

Finalmente llegamos a su primera hora y nos paramos junto a la puerta. La sonrisa de la chica más bajita se torció ligeramente y se apartó un poco de mí.

—Tú no lo conoces.

¿Eh? ¿Por qué defiende a su padre?

—No tengo que conocerlo para saber que te trata como a una mierda. Cualquiera que no te trate bien es un gilipollas —arrugo el ceño intentando acercarme a ella, pero levanta una mano para detenerme.

—¿Podemos no hablar de mi padre? —murmura. Se levanta un poco la manga rascándose el brazo cuando lo noto. Tiene un moratón en la muñeca.

—¿Qué demonios es eso? —le agarro suavemente la mano subiéndole más la manga para poder verlo completamente. Haerin retira inmediatamente el brazo de mi agarre.

—Nada, me desperté con eso esta mañana.

Está mintiendo, lo sé. Nadie se despierta con los dedos marcados en la muñeca.

—Haerin, me dirías si alguien te hiciera daño ¿verdad? —vuelvo a fruncir las cejas, intentando mirar sus tristes ojos. Ella se niega a hacer contacto visual conmigo, lo cual no es normal en Haerin. Tiene un problema con la mirada.

—Nadie me hace dañó —susurra lo suficientemente alto para que yo la oiga—. Tengo que ir a clase.

Sin que pudiera decir algo más, se da la vuelta y entra en clase.

Si alguna vez descubro que alguien le hizo eso, lo mataré.

-

—Seniors, durante el recreo por favor pasen por la oficina y recojan sus cartas de admisión a la universidad —dijo una señora por el intercomunicador mientras Hanni, Danielle y yo nos dirigíamos a comer. Mierda, ¿empezó todo eso?

can't you see me?; catnipzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora