can't you see me?; catnipz

Capítulo 32

POV. Minji

El viaje de vuelta fue tranquilo, aparte de los constantes sollozos de Hyein en el asiento delantero. Se culpa a sí misma. Lo sé. Miré hacia mi regazo y vi que Haerin estaba dormida acurrucada en mi estómago. Mi corazón se hunde al ver las marcas que ese bastardo dejó en su cuello. Es tan doloroso verla con la sangre seca y las marcas rojas por todas partes. Sabía que no debería haberla dejado ir sin mí. Nada de esto habría pasado si yo hubiera estado allí.

—Lo siento mucho —Hyein giró la cabeza hacia el asiento trasero mientras las lágrimas seguían cayendo por su cara.

Hyein me había enviado un mensaje de texto tan pronto como llegó a la fiesta, diciéndome que fuera. Gracias a Dios que lo hizo, porque si no, no puedo imaginar lo que le habría pasado a Haerin.

—No es tu culpa, Hyein, lo hiciste bien —me acerqué a la chica en mi regazo y le di unas palmaditas en la cabeza a Hyein. La joven se limitó a asentir.

—No debería haberla dejado ir sola.

—¿Cómo ibas a saber que pasaría esto? No hiciste nada malo —dijo Hanni mientras seguía mirando la carretera frente a ella. El ambiente es tan tenso que me alegro de que Haerin pueda descansar. Hyein no dijo nada más durante el resto del viaje. Nadie lo hizo.

Al cabo de unos minutos Hanni llegó por fin a mi casa aparcando el coche. Nadie se movió durante un segundo tratando de decidir qué hacer a continuación.

—¿Llamamos a la policía? —Hanni giró la cabeza sin mirarme a los ojos y mirando a la niña que seguía dormida en mi regazo.

—Esperemos hasta mañana. Quiero asear a Haerin y que descanse un poco.

Hanni se limita a asentir. Hyein sale inmediatamente del coche y corre hacia la casa. Voy a tener que hablar con ella mañana.

—¿Crees que necesita ir al hospital? ¿Crees que le hizo algo más? —me estremezco imaginando lo que podría haberle hecho. Quiero suponer lo mejor y, como aún llevaba su bragas de tela negra, que no la tocó ahí.

—No lo sé. No sé qué hacer ahora —sentí que las lágrimas volvían a brotar de mis ojos.

Mantén la calma Minji, Haerin te necesita ahora mismo.

—Nadie sabe qué hacer cuando pasan estas cosas. Descansemos esta noche y decidamos por la mañana. ¿Quieres que me quede? —Hanni sale del coche, abriendo la puerta del asiento trasero en la que yo estaba.

—Sí, puedes quedarte en mi habitación. Creo que esta noche me quedaré con Haerin —miro hacia abajo intentando decidir la mejor manera de subir a la dormilona. Mientras intentaba decidirme, la niña empezó a removerse en mi regazo y finalmente se despertó, mirándome.

—¿Minji? —su voz sonaba ronca. Sonaba rota y triste. Bajé la mano y le toqué la mejilla. Se apartó de mi contacto haciendo que mi corazón se rompiera.

—Vamos arriba —tiré suavemente de ella hasta que se sentó y empezó a temblar casi incontrolablemente. Sé que no tenía frío porque es una de las noches más calurosas del año y lleva mi sudadera.

—Minji, sal para que pueda pararse.

Hanni me tira de la manga y cuando la miro, parece preocupada. Nunca la había visto tan preocupada. No obstante, le hice caso y me deslicé fuera del coche y miré a la espalda de la chica temblorosa que estaba encorvada. Me duele el alma de verla así.

—Bebé, párate para que pueda ayudarte —la menor no se movió. Ni siquiera parecía haber oído lo que dije. Miré a Hanni y ella sólo frunció el ceño. En lugar de esperarla, caminé hacia el otro lado de la abertura del coche y lo primero que vi fueron los ojos aturdidos de Haerin. Era casi como si durmiera con los párpados abiertos. Extiendo la mano hacia ella, pero sacude la cabeza, retrocediendo ligeramente—. Déjame ayudarte, por favor —le tiendo la mano de nuevo, Haerin la coge y yo la saco del coche. Hanni ya está en la puerta principal esperando con la puerta abierta, así que le rodeo la cintura con el brazo y ella hace una mueca de dolor.