CAPÍTULO 1.- primer fragmento

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La oscuridad estaba alumbrada por el fuego que poco a poco iba consumiendo los desechos y residuos a su alrededor.


—En serio ustedes no quieren que lo llame —hablo ella lanzando la colilla de cigarro al suelo y se acercó —, esto se va a poner feo si él llega.


El cazador escupió en su cara.


—No vamos a hablar con una aberración de la naturaleza como tú —respondió el sujeto con los ojos casi saliéndose de sus órbitas—, jamás hablaré con una mujer loba, eres un engendro de satanás.


Concetta se limpió la cara y después en un movimiento rápido le pateó la cabeza.


El cazador que estaba arrodillado y amarrado cayó hacia atrás maldiciendo de dolor. Sus compañeros que estaban en igual condiciones empezaron a insultarla.


Concetta camino alrededor de ellos con las manos en su cintura como jarras.


Miraba a su alrededor, aquel almacén abandonado. Había encontrado a los cazadores en el momento justo en el estaban quemando los cuerpos de algunos hombres lobos de una pequeña manada.


Sus hombres intentaban recoger los restos para identificar los cuerpos.


—¿Me llamaste?


El semidemonio apareció a su vista.


Concetta se asustó por su sorpresiva visita, no pensó que llegaría a aparecer. Ya que en el reino era un día importante. Su traje de gala daba fe de eso.


—Aun no me acostumbró a tus súbitas apariciones —saludo Concetta—. Maldito el día que el hechicero les enseño a hacerlo solos.


—Es bastante útil, me ahorra varias horas de viaje en avión —dijo él mirando a su alrededor, después viendo a los cazadores que habían quedado estupefactos a su aparición—. ¿No quieren hablar?


Concetta negó con la cabeza.


—¿Cuántos cuerpos fueron ahora?


—Son catorce—habló Concetta con la voz inundada de ira—, tres niños incluidos, una manada pequeña y en formación.


—¿También les sacaron los corazones?


Concetta asintió.


El semidemonio chasqueó con la boca.


—Bien —se acercó a los cazadores con las manos en sus bolsillos—. No tengo mucho tiempo, tengo una boda a la cual asistir, se supone que debo estar parado al lado del novio en menos de una hora.


—¡Mátanos de una vez! —exclamó uno de los cazadores—. No importa lo que hagas mocoso, nada hará que rompamos nuestro juramento.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora