THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN

CAPÍTULO 9 .- tercer fragmento

Gunnar no debía asombrarse, ha estado en grandes ciudades antes. Incluso cuando aún era un joven estudiante que no sabía que existía la magia, viajó a Londres como siempre lo había soñado. Lo que le sorprendió a Gunnar es que existiera una manada tan bonita y grande en medio de la nada.

Era enorme a comparación del pueblo de su manada, se veía mucho más acorde al mundo humano y los miembros de esta manada parecían un poco más civilizados. Esperaba que el alfa Roman aprendiera un poco de cómo se manejaban las cosas aquí, porque dios sabe que su pequeña manada necesita algunos cambios.

Dantalian se agitó un poco y escondió su pequeña cabeza en el cuello de Gunnar, este suspiro y le dio un beso en el cabello.

—No tienes de qué preocuparte pequeño —le dijo Gunnar—, son amigos, nuevos amigos.

—Está muy nervioso desde que despertó —habló Jessy—, tuvo una pesadilla.

Gunnar suspiro, Dantalian seguía muy afectado desde lo de su oso. Tendría que conseguir madera inmediatamente para que Kenai le haga un reemplazo antes de irse.

Los miembros de la manada Black Moon los recibían con amabilidad y alegría. Aunque el lugar era confortable estaban demasiado alejados de la civilización humana, debía ser todo un jubilo ver a personas nuevas.

—Gunnar —Kenai se acercó a ellos—, Roman te quiere presentar ante el alfa de esta manada.

Gunnar resoplo.

—Lo se amigó, pero el alfa quiere conocer al hechicero protagonistas de las proezas que Cameron empezó a contar como un loro —Kenai sonrió en disculpa—, sabes que no hay forma de callar a Cameron.

—No creo que exista un alfa tan parlanchín que Cameron en todo el planeta —Gunnar le entregó a Dantalian a su madre, en contra de la voluntad del pequeño—, estaré de regreso pronto ¿correcto?

Jess asintió mientras Dantalian se quejaba.

—Extraña al señor Toto —Kenai parecía preocupado—, nunca vi a Dan tan triste, empezare a tallarle uno esta noche. El alfa Roman pedirá madera, todos extrañan las travesuras de Dan.

Gunnar caminaba entre las personas de la nueva manada, algunas se le quedaban viendo al percibir por su olfato que él no era un hombre lobo.

Llegaron a lo que parecía el centro de la manada donde había un edificio más grande que los demás. En la entrada estaban Bruce al lado de quien suponía era el alfa de la manada Black Moon.

—¡¿Cómo que le contaste a Clark lo que está pasando?! —Bruce empezó a gritarle a quien Gunnar había supuesto que era el alfa.

—Estaba muy preocupado por ti, sabes lo insistente que puede ser tu hermano Bruce —el sujeto parecía arrepentido—, si no le decía yo, de igual manera se iba a enterar.