CAPÍTULO 59.- tercer fragmento

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Belial bebió otro trago de una sola vez. Todo estaba saliéndose de control, era tan absurdo que él se reía de él mismo y de su desgracia.


Habían pasado ya como dos semanas en Francia. Visitando lugares fantásticos como de ensueño, comiendo buena comida y divirtiéndose a más no poder. Todo junto a las personas que más estimaba después de sus padres.


¿Entonces por qué estaba tan fastidiado?


Porqué mientras los días pasaban, se dio cuenta que sus sentimientos por Timothee, eran exactamente eso.


¡Sentimientos hacia Timothée!


Le gustaba Timothee y no solo gustar como persona o como amigo. Le gustaba como...como pareja.


Le gustaba su cabello, en especial cuando el viento lo agitaba, le gustaba sus grandes y profundos ojos azules. Sobre todo, cuando lo miraba con tal brillo que lo hacía estremecerse. Le gustaba sus labios delgados y como se sonrojaba cuando estaba nervioso. Tintando su pálida y delicada piel.


Le gustaba lo inteligente que era y a la vez la inocencia que podía desprender. Le gustaba su sonrisa y en especial si él era quien la provocaba.


Por la diosa, estaba tan perdido.


¿Desde cuándo era gay?, tal vez era bisexual, porque aún le gustaba las chicas.


Todo era un total embrollo en su cabeza. No solo porque Timothee era hombre y estaba descubriendo una nueva parte de su sexualidad, es porque era Timothee.


¡El pequeño Timothee!


El pequeñín que intentaba perseguir a Angel, Junior, Liana y a él todo el tiempo. Fueron criados juntos, eran como hermanos ¿Por qué había estado oculto este sentimiento?


Tal vez era que era nuevo, en algún momento se enamoró de él, pero no se dio cuenta de eso.


La verdad apenas había llegado como un choque de auto, cuando Timothee corrió hacia él en uno de los lugares turísticos que estaban visitando. El sol brillaba sobre él y su corazón se aceleró tanto que pensó que le daría un paro cardiaco. Sin querer, lo había abrazado cuando este llegó a él, descolocando al pequeño Dickens.


Timothee se sintió confundido, Belial lo soltó bruscamente al darse cuenta de lo que hizo y se fue sin decirle nada más. Desde entonces no le dirigía la palabra, no porque estuviera molesto con él, era porque estaba aterrado de que la próxima vez lo besara sin darse cuenta otra vez.


Obviamente Timothee se dio cuenta que algo pasaba, se acercaron mucho en ese viaje y de repente Belial no le hablaba, intentó resolver el problema, hasta le pidió disculpas desesperadamente a Belial, pero solo recibió desprecio de parte del demonio.


Así que ahora el joven Dickens estaba molesto con él.


THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora