CAPÍTULO 53.- tercer fragmento

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Concetta camino con cuidado por aquel pueblo abandonado. El olor a podrido invadía su olfato de loba. La muerte acechaba por todo el lugar, lo sentía en los huesos. Nunca había sentido una ahora tan corrupta, ni siquiera en los viajes que había tendió con el impresentable de Alan.


Tocó el medallón que le había regalado, el lugar parecía lo suficientemente peligroso para estar ella sola, sin embargo, se negaba a llamar a nadie aún.


Se encontraba ahí porque Jaime le dio la tarea de rastrear posibles lugares donde los demonios se encontrarían. Era algo que hacía junto a Bael en algunos casos, pero este estuvo ocupado los últimos meses por tonterías familiares y políticas. Concetta apenas había pisado el Reino en los últimos 6 meses, así que se perdió todo el drama que hubo.


Escuchó un ruido detrás de ella y esta inmediatamente se dio la vuelta levantando su ametralladora. La arma no era una simple arma humana que no dañaba en nada a los seres sobrenaturales, la ametralladora era mágica, con balas de plata llenas de un veneno especial que podría matar desde un vampiro hasta una quimera.


Además, que tenía balas de jade bendecidas con sangre angelical por si se cruzaba algún demonio suelto.


Siempre soñó disparándole a Alan, ciertamente una bala no lo mataría, pero le causaría mucho daño y dolor. Además de dejarlo muy vulnerable.


No encontró nada y se dio la vuelta lentamente. Un rugido de sonido desagradable la alertó. Delante de ella estaba una cosa extraña, una especie de hombre con partes de diferentes humanos formando su cuerpo. Sus ojos eran totalmente negros, parecía estar en descomposición, el pecho lo tenía abierto y un corazón latiendo muy rápido y brillando era muy visible, tenía la boca muy grandes con afilados colmillos y totalmente manchados de sangre.


Volvió a rugir mirando a Concetta como si fuera una presa.


—¿Qué carajos se supone que eres tú? —Concetta no bajaba el arma—, ¿Un producto de brujería?, malditos hechiceros, como los odio.


El ser volvió a rugir un sonido gutural que salía de su garganta, era diferente esta vez, los sentidos de Concetta le pedían que se transformara para defenderse. Ella sabía que se defendería mejor disparándole y eso hizo cuando la criatura se lanzó hacia ella claramente para atacar.


Disparó varias veces sin tener resultados, la criatura seguía avanzando. Pensó en lanzarle una granada para que explotara en varias partes, no obstante; ella estaba demasiado cerca como para hacerlo.


El corazón expuesto de la criatura brillaba cada vez más y a Concetta se le ocurrió que disparándole al corazón lo derribaría por completo. Cuando lo intento, noto que no podía perforar por más que le disparara.


Varios chillidos se escucharon a su alrededor y varias criaturas iguales a la cual se estaba enfrentando aparecieron rodeándola. Eran al menos unos cincuenta, aunque estas no tenían un corazón brillante en el pecho como la primera.


—Bueno, prefiero soportar al idiota de Alan a que me coman —gruño Concetta llamando al semidemonio por el medallón mientras intentaba poner algo de distancia entre sus atacantes con ella disparando a diestra y siniestra.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora