CAPÍTULO 51.- segundo fragmento

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Liana disfrutaba de las miradas llenas de envidia. También estaba sintiendo el calor de la mirada llena de odio que le daba su padre de lejos a Auguste. Este la balanceaba de un lado a otro bailando como un experto. Este tipo de fiestas eran lo suyo, el alfa francés estaba como pez en el agua.


Ella pensó que Gabriela se había vuelto loca y exageraba demasiado con el vestido que le mandó hacer. Pero la semidemonio había tenido razón, el tema principal de ese año eran los bailes victorianos. Todas las chicas estaban con vestidos hermosos y sobresalientes. Liana encajaba muy bien en todo por primera vez.


Todo estaba hermosamente decorado, ese año no habían escatimado en gastos y la graduación era todo un acontecimiento sobresaliente. Ese año habían recibido a más visitantes de todos lados del mundo. Muchos jóvenes que no habían encontrado mates en sus propias manadas estaban ahí bailando y divirtiéndose, sin dejar de buscar a sus almas gemelas.


Ya había habido varias parejas que se habían juntado y se habían escapado para un tiempo de privacidad antes que empezara la ceremonia de graduación que sucedería una hora antes que saliera la gran luna. Donde todos los graduados lanzarían sus birretes y correrían hacia el bosque para transformarse por primera vez.


Liana ya se había transformado hace poco, así que se tomaría con calma todo. Sin embargo, estaba emocionada, si bien al cumplir los 18 años era ya mayor de edad. En el Reino no te percibían así hasta la graduación y la gran luna. Liana oficialmente ya sería una adulta para los ojos de todos en el momento que saliera la gran luna y se transforme.


Estaba emocionada por su futuro. Ingresaría a la universidad, se mudaría de la casa de sus padres, aunque todavía le faltaba tener esa conversación con ellos. Viajaría unas semanas a Francia para sus vacaciones y desde ahora tendría responsabilidades asignadas por Liam.


Todo parecía tan brillante y a la vez algo aterrador.


La canción terminó y Auguste le pidió que fueran al buffet por algo para comer antes que empezara la ceremonia.


—Puedo sentir tus nervios mon amour —Auguste la llevaba de la mano, con un porte elegante—, come al menos un pequeño bocado de algo. Así tendrás algo en el estómago, cuando me gradué dos chicas de mi clase se desmayaron por no haber comido nada.


—Me da miedo arruinar mi maquillaje —sonrió Liana—, Gabriela ya llego y me matara si arruino su obra maestra.


Auguste ignoró lo que dijo y le sirvió algunos bocadillos de carne. Liana aceptó sonrojada que su mate le diera uno en la boca.


—Auguste... —lo reprendió Liana—, todo el mundo nos está viendo.


—¿Y? —él le sonrió con picardía—, es mi intención que todo el mundo se entere que somos mates ¿Recuerdas?, que hablen, que todos se enteren que mi corazón tiene dueña.


Liana se sonrojo aún más, sabía que Auguste era un charlatán completo, pero cuando hablaba de ese modo no podía evitar que su corazón se agitara erráticamente.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora