THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN

CAPÍTULO 55.- tercer fragmento

—Señor, ¿Realmente va a mandar a los nuevos reclutas a enfrentar trampas con ácido?

Gerard miraba el mapa de la nueva arena donde los cazadores lucharían para ser los nuevos cazadores nivel A4.

—Aunque no lo creas, creo que es necesario. El mundo ya no esté poblado por monstruos, pero los que aún quedan son demasiado peligrosos, debemos estar a la altura del peligro de ahí fuera —dijo Gerard—, hacer las pruebas más fáciles no ayudará a nadie.

—No sirve de nada si no sobrevive nadie —Hatice entró a la habitación, la vieja amiga de Gerard y la entrenadora de Raimi que era el amigo de Taylor, miro el mapa junto a él—, eres más duro de lo que pensé, Jack pensó que harías un relajo total.

Gerard se cruzó de brazos.

—He visto cosas que los dejaría traumatizados —Gerard miró el centro del mapa—, quiero que nuestros nuevos reclutas estén listos. Esta generación debe cambiar las cosas.

Hatice hizo un gesto para que el asistente de Gerard los dejara solos.

—¿Es cierto?

Gerard alzó una ceja.

—Creo que necesitare más información para contestarte.

—Tu pupila está en la dulce espera de la futura mano derecha del próximo Rey de los hombres lobos.

Gerard no se inmuto en lo absoluto, pero sintió dentro de sí el frío ¿Cómo había tenido esa información?

—¿Raimi te lo contó?

—¿Raimi? —Hatice bufo—, ese mocoso no me cuenta nada, es una maldita tumba, lo único que quiere hacer todo el tiempo es practicar y matar cosas. No sé cómo carajos ahora tiene amigos.

—Tiene buena entraña —dijo Gerard—, arriesgó su vida para salvar a Taylor y los otros dos solo porque era lo correcto. A pesar de que Taylor no le cayó bien en primera instancia.

—¿Los dos son unos cabeza dura cierto?

Gerard sonrió con cariño al pensar en Taylor.

—Ella es una tormenta salvaje, es todo lo que una cazadora debe ser —dijo con orgullo—, la verdad es que no le enseñe mucho, tal vez agudice algunas cosas que ella ya cargaba y le di un empujón en los momentos correctos, pero en lo que a mí me concierne, ella es un talento nato.

Hatice lo observó con detenimiento.

—La quieres —dijo sorprendida—, la quieres de verdad.

Gerard se aclaró la garganta.

—Uno le puede agarrar cariño a las personas con las cuales se pasa mucho tiempo —ignoró la mirada de Hatice—, tú también pareces tenerle cariño a Raimi.