CAPÍTULO 57.- primer fragmento

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—Es otro nido de esas bestias —gruño Concetta—, es obvio, lo que no entiendo es porque no encontraron a una.


—Encontramos a las rokurokubi custodiando ese maldito huevo apestoso, pero a ninguna bestia como la describes —hablo Steve—, tal vez recién iba a nacer una.


—¿Por qué estas cosas que parecen mitad serpiente quisieran cuidar al huevo? —gruño Alan moviendo la cabeza de serpiente de la rokurokubi con su bota—, probablemente se las hubiera comido al nacer.


—Tal vez se vieron atraída por la magia oscura y maligna del huevo —dijo Raimi mirando con cautela a Alan—, ni siquiera los más antiguas escrituras saben de donde salen las criaturas mágicas con exactitud, pero todos sabemos que la magia viene de los seres celestiales, tanto buenos como malos. El huevo soltaba tanta magia corrupta, que las rokurokubi tal vez querían alimentarse de ese poder para ser más poderosas, deberían estar extintas y no creo que todavía queden muchas. Necesitaban algo poderoso para sobrevivir.


—Nat mencionó algo sobre que ustedes han encontrado un patrón sobre criaturas que ya estaban extintas, apareciendo de nuevo en los últimos años —intervino Bael, saliendo del sótano con cara de disgusto por el mal olor de la sangre podrida que salió del huevo—, ¿Estas criaturas es una de estas?


—Si, se extinguieron hace siglos o eso creímos —dijo Aiko—, por eso llamamos a Steve y Raimi. Ellos estaban cerca de Japón, así que vinieron a ayudarme.


—Mira que dejar a tu mate sola con estas cosas —gruñó Alan mirando a Aiko con el ceño fruncido—, ese muchacho me va a escuchar.


—Papá, ellos son tan buenos como Taylor —sonrió Bael ante el enfado de Alan.


—No me hables de esa mocosa —siguió gruñendo Alan—, mira que darle una flecha de jade a otro mocoso cazador.


—Justo la traje —dijo Bael.


El semidemonio menor alzó la flecha ya limpia ante Steve.


—Creo que Taylor tuvo un acierto en darte esto —Bael le devolvió la flecha—, puede que en sus viajes sigan encontrando otras de estas criaturas.


Steve asintió sonriente por el halago, mirando al semidemonio mayor pensó que era mejor ocultar el hecho que Taylor le regaló otras dos flechas más.


—Vámonos todos al laboratorio en el Reino —ordenó Alan resoplando—, Jaime ya está ahí, tomen sus pruebas y larguémonos, no me gusta estar en un lugar que apesta tanto —Alan miró a Raimi—, carga a esa serpiente mujer, nos la llevamos también.


Aiko suspiro, ella le había mandado las fotos del gigante huevo a Taylor y de inmediato esta se las había reenviado a Bael. Todo fue un alboroto después de eso. Ahora había dos semidemonios y una mujer que apenas conocen revisando todo el lugar.


—Se supone que le llevaríamos esto a Natsuki —intento decir Aiko.


THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora