CAPÍTULO 60.- primer fragmento

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Angel giraba y sonreía junto a Paula. Una chica simpática que había conocido esa noche, la hija de un alfa francés que aún no se transformaba.


Era muy linda y le hacía reír mucho, pero ciertamente no sentía esas mariposas de la cual todos hablaban. Miro por un momento a Liana dar vueltas con Auguste, los cuales habían sido las estrellas de la noche. Todo el mundo había estado atento a la pareja, incluso los humanos. Por lo que entendía, hombre lobo o no, Auguste era una figura pública muy importante en Francia. Alfa para los hombres lobos o distinguido heredero por los humanos. Todos estaban atentos a los pasos que daba Auguste y ahora también miraban bajo ese reflector a Liana.


—¿Eres primo de la pareja del alfa? —preguntó Paula.


—Algo así, primos políticos si miramos bien nuestro árbol familiar —respondió Angel dándole más vueltas—, su madre viene a ser prima de la Reina, que es mi tía porque es la esposa del hermano de mi mamá. Pensarlo hace que me duela la cabeza.


Paula abrió los ojos desmesuradamente.


—¿Cómo era tu apellido?


—No te lo dije —sonrió Angel—, es Hoffman.


Paula intentó disimular su consternación.


—¿Hoffman? —preguntó Paula casi tropezando en su baile—, ¿Cómo los príncipes?


—Si, pero no te dejes llevar por el título, de príncipe no tengo nada —replicó Angel.


Bailaron un rato más mientras Paula se iba soltando. Angel le contaba historias graciosas de la escuela Real y Paula le contaba lo estresante que era ser la única hija del alfa. Ahora ella iba a tener que ser alfa y muchos de sus primos estaban molestos por eso.


Dejaron de bailar y fueron al buffet para servirse algo de comer. Angel se dio cuenta que Junior no había regresado, que Belial con Timothee tampoco. No sabía por qué, pero algo de ese lugar lo hacía sentirse incómodo.


—Algo está mal —dijo Paula.


—¿Qué? —pregunto Angel saliendo de su reflexión.


—Aun me falta algunos meses por transformarme, pero ya escucho a mi loba y tengo algunos sentidos desarrollados —explicó Paula—, pero mi sentidos lobunos se alarmaron desde hace unos minutos, algo me dice que debería irme de aquí.


Angel asintió.


—Estoy igual —Angel miro en todas direcciones, buscando a Liana con la mirada—, sal de aquí. Yo voy en busca de mis primos.


—¿Estás seguro? —preguntó Paula preocupada.


Angel no tuvo tiempo de responder porque una gran explosión lo distrajo. Tomó a Paula y se dio la vuelta para que su cuerpo la protegiera. Era lo suficientemente poderoso para recibir golpes y salir ileso, pero Paula aún no se transformaba. Era vulnerable como si fuera humana.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora