Mierda...

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Habían decidido reunirse en la casa de Carre donde quizás también aprovecharon para esconderse porque el tema del bebé aún no se había explicado correctamente.

Robleis no sabía ni como abordar el tema con sus padres, primero pensó que estarían molestos con la idea de que quizás él fue quien tendría un bebé pero al verlos tan emocionados se sintió algo mal.
Entre que su madre estaba diseñando ropa, su padre se encargaba de diseñarle un nido para cuando el bebé naciera.

Y por el lado Mangelito, se quería hacer entender a Lolito que enseñarle métodos de ternura a un menos no era lo más adecuado, todavía.

Le quitaron algo de importancia al tema, era momento de celebrar y quizás molestar a la parejita.
Entre felicitaciones y comentarios de:

¿Te podemos decir la pizza quemada?
Porque a vos no te la sacaron a tiempo.

¿Sos pavo o porque tan relleno?

Por no poner condón en el pn necesitamos ropita para el nene.

Claro que recibieron golpes por parte de Spreen, pero hey, así era su amistad.

- La llegada de Missa creo nos ahorro un problema muy importante.

-¿De qué hablas?- preguntó Mariana dándole un trago a una botellita de dudosa procedencia. Habían decidido invitarlos porque ya eran parte del grupo y por el cariño que le tenían a Roier eran de las pocas personas en la que el Ozito confiaba.

- El nombre. Eso siempre es un problema con los bebés.

- Conociendolos podrían ponerle un nombre todo pijo.

- ¡Hey! Bobby era un buen nombre.

- Sho me refería a Ramón. Pero Bobby es bobo.

- Si tenemos a Ramón nos falta el chavo del 8. - soltó Aldo con una leve risa.

- ¿Por que tenían esos nombres en mente?- preguntó curioso Robleis dudando de contestar o no aquella llamada, pero no podía seguir así por lo que al final termino disculpándose mientras iba al patio.

- Lo soñé pero fue demasiado raro.
Ahí estaba con un bebé con overol, era una cosita tan linda.

- Seguro Spreen no era el padre si dices que era lindo.

Un golpe en la cabeza y siguieron escuchando.

- Bueno, era lindo, estábamos en un pueblo diferente aquí, había más niños, personas de las cuales no recuerdo bien sus rostros... No lo sé, puedo tomarlo como un tipo de señal del futuro.

- Vos apenas te enteras que tendrás a Missa y ya pensás en otro.

- Ni me hables wey porque bien que ustedes serán los siguientes, parecen conejos.

- Ay mien, voy a extrañar nuestras pedas, a menos que seas el que toma agüita de fruta y nosotros el alcohol.

- ¿Y te voy a seguir cuidando, papi?Porque siempre tengo que estar atento a que no te vayas con el gringuito ese.

Estuvo a poco de soltarle un zape pero al ver la expresión de Spreen mejor siguió tomando.

- Antes que alguien decida decirlo, yo soy el padrino por obvias razones.

- Quisieras, mi amor. Soy el mejor amigo del tripon y es obvio que yo seré el padrino.

- Te jodes porque yo estuve el día en que ese nene fue creado.

Y cuando menos se dieron cuenta ya tenían a 3 pendejos gritando sus razones del porque tenían que ser el padrino.
¿Esos eran sus amigos?
Sí, sus mejores amigos.

Roier fue hasta la cocina por un vaso de agua siendo seguido por Spreen, sabía que lo tendría tras de él a cada momento para asegurarse que estuviera bien.
No le molestaba, era lindo.

- ¿Querés ir a tu casa a decirle esto a tus viejos?.

- ¿Estás seguro? Te recuerdo que mis tíos siguen aquí y tío Beni aún quiere tu piel pa su troca.- se había recargado en la isla de la cocina sintiendo unas manos colocarse sobre su cintura. Sonrió levemente abrazando por el cuello al moreno.

- ¿Y si les shevo alcohol?- Paseó lentamente sus dedos por la piel de Roier. No quería mostrarse nervioso con la situación y la mejor forma de evitarlo era distrayendose un poco.

- Dos botellas de tequila, una de refresco y creo los tienes contentos...- soltó un jadeo al sentir unos besos sobre su cuello.- Spreen... No podemos.

- Sh, esos boludos están distraídos y solo te estoy dando los "mimitos" que tanto querés.

- Deja de pensar con la cabeza de abajo. Por este tipo de cosas me embarazaste, cabron.

El sonido de algo caer los hizo separarse, viendo en el marco de la puerta a los padres de Carre junto con los de Roier.

- ¿Qué dijiste, mijo?

- Oh mierda...- dijeron ambos chicos rogando porque Quackity no tuviera su pistola encima.

- dijeron ambos chicos rogando porque Quackity no tuviera su pistola encima

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Sproier y shippeo. ¿Hay algo mejor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora