Estos celos me hacen daño.

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Habían decidido actuar como si nada estuviera pasando, lo que menos querían era levantar sospechas y que todo lo que sabían dejará de ser útil.
Willy seguiría espiando a Sapo Peta mientras que Luzu y Veg usaban lo que estaba a su alcance para descubrir que es lo que provocaba el amuleto y que tan malo sería dejar que Roier lo siguiera usando.

No serían tan irresponsables como para actuar sin saber a qué se enfrentaban con el riesgo de lastimar tanto a Roier como el bebé en su vientre.

Quackity tuvo que aceptar a regañadientes que tendría que mantenerse algo alejado de esto como las demás mamis.
El embarazo los ponía también en un punto débil y nadie quería arriesgar a los demás.
Aunque claro, él no era una persona que deja a los demás luchar sus batallas.
Sapo Peta bien pudo meterse con él y Luzu, pero nadie, NADIE, podía atreverse a tocarle ni un pelo a su pequeño Roier.
Big Q llegando...

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Y mientras tanto Spreen estaba dándole todo lo que pedía a su castaño.
Cada antojo era cumplido sin importar lo asqueroso o raro que llegase a ser, como era el caso del helado que se estaba comiendo; pistache con crema de cacahuate, pepinillos y vinagre, bañado en una salsa que no le parecía muy ideal para un helado.
Pero si Roier quería ponerle salsa Tabasco a cada alimento, él le daría toda la que quisiera.

Paseando por el pueblo y perdido en sus pensamientos, Roier terminó chocando con alguien y tirando sin querer su postre.

- Ouh... - hizo un leve puchero como si quisiera llorar, las hormonas lo tenían bastante sentimental, quería decir algo pero todo lo que pudiera estar en su mente desaparecio centrándose en esos ojos que alguna vez le arrancaron algún suspiro.- ¿Cellbit?

Susurró confundido, ¿Qué hacía él ahí?
Hacía tanto tiempo que no se veían que por un segundo creyó estar alucinando.
¿Cuánto pasó?
¿8?
¿9 años?
Y aún con los obvios cambios de la pubertad sabía que era él.

- ¿Guapito?- le miro de arriba a abajo sonriendo cada vez más y más, atreviéndose a darle un abrazo donde casi le cargaba como princesa. -¡Que alegria vê-lo novamente, guapito!
(¡Qué alegría volver a verte, guapito!)

Roier no sabía que cara poner o como reaccionar, si bien no tenía nada que ocultar y recuerda haberle contado antes a Spreen sobre esto, no creía que fuera lo más ideal que la primera vez que se vieran fuera con Cellbit casi manoseandolo (rogaba que fuera un accidente el que esa mano se pusiera sobre su trasero en el abrazo) y teniendo demasiada cercanía al punto que alcanzó a oler el mentolado aliento del chico.

- Me desculpe, eu não avisei que eu estava vindo para visitar, Forever não me deixou.
(Lo siento, no te avisé que venía de visita, Forever no me dejó).

Le hablaba con total emoción ignorando al moreno que le veía con cara de pocos amigos, apretando tanto el agarre de su espada que algo se escuchó crujir. No haría una escena, no haría algo que hiciera que Roier se alterara.
O eso era lo que quería pero al ver como ese pelotudo chupa pijas cara de mierda, bastardo... (Y varios insultos más que no pueden ser escritos porque nos censuran)quiso besar la mejilla de su prometido todo su autocontrol se fue a la mierda.

Roier pudo notar las intenciones por lo que dió un paso hacia atrás, lo cual Cellbit interpretó como que no buscaba tener tantas muestras de afecto en público, por lo que cambio su movimiento al tomarle de las manos y
justo cuando el iba a besar estás, pudo notar aquel anillo brillando y dejando en claro algo muy importante.

- Oh Vai se casar.

Presto más atención a su físico también notando la no tan pequeña barriga de embarazo que tenía.
Le soltó como si su toque le quemara, claro, Roier no iba a esperarlo toda la vida y además lo que tuvieron no podía considerarse ni siquiera un romance.
Él sabía que ya existía alguien en el corazón de su guapito desde hacía mucho.
Y solo bastó con mirar tras él para conocer por fin a quien le había robado el corazón a su crush de la infancia.

-Spreen...

Sus ojos se abrieron con algo de miedo.
Lo cual Roier no entendía hasta notar aquella gran sombra tras suyo que no hacía algo más que crecer hasta cubrirlos a ambos.

Spreen estaba en su modo oso y era uno que jamás había visto antes.
Por los Dioses...
Esto iba a terminar muy mal.
Como si ya no tuvieran suficientes problemas ya.


Oh Cellbit, corre por tu vida que los Rubegetta son conocidos por romper huesos como si fueran una simple hoja de papel.




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No estaba muertoooo.
Aún.
Actualización pequeña antes de ir a dormir, espero poder continuar en unas horas.
¿Quieres dedicación?
Dime el apodo de Spreen hacía Missa y la tendrás 🌟

Sproier y shippeo. ¿Hay algo mejor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora