Sapo Peta.

1.4K 165 69
                                    

Para cualquier otra persona ajena a esto, podrían creer que la única opción viable era la muerte.
Matar a Sapo Peta quizás parecía algo tan lógico, dejándose llevar por el ojo por ojo y diente por diente parecía una manera de vengarse por todo el mal que hizo desde hace tanto tiempo y ellos apenas iban asimilando.

Pero a este punto sabían que morir era lo que él más anhelaba, creyendo tontamente que sería enviado junto a los Dioses al lugar que siempre debió ocupar.
Y es que seguía diciendo que tenía razones suficientes para que se le perdonasen sus pecados.
Los héroes a veces tienen que hacer cosas que no quieren por el bien de los demás.
¿No?

Lastima que él no era un héroe.
Y aunque podrían tacharlo como villano, tampoco quedaba en la definición.
Se había cegado por el poder que tenía que nunca se detuvo un segundo en analizar cada una de sus acciones.
La primer muerte debió ser tomada con importancia, no podías creerte con el derecho de arrebatarle la vida a alguien solo porque afecta tus planes.

Y eso era lo que los tenía solo viéndole sufrir en una esquina de la habitación siendo custodiado por Fargan.
Spreen había logrado lastimarle bastante y sumando que gracias a Cellbit había perdido un ojo, sienten que se lo dejaron fácil.

Había muchos métodos de tortura y podían llevarlos a cabo usando a su favor la inmortalidad del moreno.

El lugar estaría casi en total silencio si no fuera por los pequeños ruidos que soltaban los bebés cada que Roier se movía para darles calor.
Era cuestión de minutos para que los demás llegasen pero se negaba a dejar a sus bebés en otros brazos.

Vegetta solo podía ver una y otra vez como la muerte de Brayan había sido planeada.
Sapo le llevo a base de engaños hasta esa cueva, alegando que ahí encontraría algo muy especial que le haría demostrarle a todos que era digno de ser un hijo de los Rubegetta.
Ya que sin siquiera saberlo, le había estado metiendo ideas a su pequeño donde debía ser digno de llevar tal apellido.
No podía ser la decepción, no cuando tenía tantos ojos sobre él.
Solamente que cuando las cosas fueron tornándose complicadas y él comenzó a suplicar volver a casa, el moreno no tuvo ni una pizca de compasión.
Le dejó ahí hasta que no pudo luchar más.

¿Desde cuándo estuvo cerca de ellos?

Porque jurarian que la primera vez que lo vieron fue en aquel tiempo en que Quackity llegó a sus vidas.
Y ahora resulta que bien pudo estar siguiendo sus pasos desde antes que ellos decidieran llegar a Karmaland.

Si bien parecía que todo se repetía o tenía sus variaciones, cuando dos personas más se unieron al pueblo todo pareció tener otro significado.
Auron decidió irse y con ello otro universo fue creado.

Seguía siendo complicado de entender como el aleteo de una mariposa podía cambiar lo que el futuro te depararía.

Quackity claramente sabía que no pertenecía aquí, incluso antes intento de mil maneras volver a lo que creía su hogar.
Era una falla en todo este sistema que tarde o temprano tenía que regresar a su línea.
Solamente que al desarrollar sentimientos por Luzu pensó que había llegado aquí porque era parte de su destino.
Luego una cosa llevo a la otra y el lore ya se lo saben.

Sus vidas se unieron y a pesar de lo que sucedió aquel día en las elecciones, parecía que su amor podría con ello si tenían paciencia.
De ahí lastimosamente creyeron que la ayuda que había sido brindada por el semi Dios era como buena intención.
Ahora caen en cuenta que estuvo dispuesto a usar sus recuerdos a como le convenía.

Llegó a pensar que si Sapo hubiera querido robarle a Quacks, la historia sería diferente.
Sabía de sus sentimientos y lo que pasó en sus momentos más dramáticos.
No podía molestarle.
Podría decir que entendía las razones pero ¿Cómo asimilas esto?
Estaba dándose cuenta que hasta la concepción de Roier había sido planeada por alguien más y no ellos.

Sproier y shippeo. ¿Hay algo mejor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora