Sproier y shippeo. ¿Hay algo mejor?

Todos tenemos un pasado que nos gustaría olvidar.

Claro que al ya saber la historia Rubegetta, uno tiene curiosidad por conocer las demás.
Pero Roier sabía que no debía estar de chismoso preguntando a los padres de sus amigos sobre esto, pero había una pareja a la cual podía estar chingue y chingue sin problemas y esa era:
La Luckity, sus padres.

Entendía que en un universo su madre fue el responsable de un desastre que escaló a niveles bastante cuestionables y con ello meterse con Quackity era buscar una muerte segura.
Y por el otro lado, su padre, Luzu.
Había tenido una historia similar, traición, mentiras, manipulación.
Por la chingada.
Hasta la relación de ellos había sido demasiado complicada.
Nadie parecía recordar que sucedió, es del tipo "fue algo malo, algo jodidamente malo pero no sabemos exactamente qué."
Hubo muertes, lo saben.
Casi se hace otra pinche revolución y...
Eso fue todo.

Incluso si quisiera preguntarle a Sapo Peta de esto, ya hacía tiempo que no le veían por los alrededores.

¿Estaba pasando algo de lo que él no estaba enterado?

Claro, nadie le diría nada ya que debido a su embarazo sentían que era mejor evitarle cualquier malestar.
Él no era débil, estaba claro.
Solo que el bebé era lo más importante ahora.
Había tenido que jurar que no se alteraría para que decidieran hablar sobre esto.

- A ver mijo, ¿Quieres saber si tuviste algún hermano?
Pos al único que recuerdo es al que tengo aún en la tri... En la panza, es a este.
No tengo recuerdos de alguien más.- le dió un trago a su bebida, ya había tomado como costumbre llenar una licorera con agua o jugo para seguir engañando a su mente con lo de que era alcohol.
Además se veía más elegante tomar jugo de uva en una copa que en un vaso.

- Quacks, creo que deberíamos decirle de los sueños...- susurro Luzu abrazando al menor. Tenía que admitir que él era quien más extrañaba a Roier en casa.

- Son sueños y ya.
Algo que podía pasar estando criko o muy pedo.- no quería hablar de eso.
Se frustraba al ni siquiera estar del todo seguro si algo dentro de su cabecita era real o solo una alteración.

- ¿Sueños?- preguntó curioso.
Parece que no era el único que pasaba por eso.

- Desde hace mucho hemos tenido ciertos sueños donde nos vemos a nosotros en un especie de pelea donde uno tenía que morir, algo así como lo que Sapo Peta dijo de ti y Spreen...
Parece que hubo una traición, había un niño muy parecido a Titi y...- llevó ambas manos hasta su gorro- Unos niños que no sé, quizás si eran mis hijos o muy cercanos a mi.
No quiero hablar de esto, ¿Okay?
Aún ando asimilando varias cosas como para tener que sacar mis traumas.

Roier se sintió un poco mal al escucharle, una cosa era saber que pudo existir otro hijo y otra que quizás había muerto de una forma horrible.
¿Hasta eso compartía con su pareja?

- Pa... ¿No llegaste a tener hijos con Auron?

Quackity le dió una mirada a su esposo de: "dinos la verdad o te mato sin importar si me vuelvo padre soltero."
Y eso pudo tomar bastante desprevenido al castaño.
Claro, había tenido cierta historia con Raúl, un especie de relación que jamás se había formalizado como tal, pero todo había terminado de una forma complicada y aunque se habían perdonado, aún ahora tenían ciertos rencores.

- No, yo estoy totalmente seguro que no.
Y antes que lo preguntes, tampoco con Lanita hubo hijos o bueno, de la forma "normal" creo recordar algo con los Dioses y unos bebés pero no eran de nuestra sangre, ¿O sí?
La verdad nunca quise analizar eso.

¿Sabes cómo es la sensación de que ya la cagaste y te hubiera gustado regresar en el tiempo y evitarlo?
Porque así se siente Roier.
La curiosidad mató al gato
(Pero murió sabiendo...)

- Entonces... Quizás si tuve hermanos, que lamentablemente ya no están.

Sus padres asintieron con cierto dolor en sus miradas, nunca habían intentado siquiera tocar el tema.
Aún cuando estaban con la duda sobre Sapo Peta, era como si siguieran con puras especulaciones, sospechas y demás.
No tenían casi nada claro.

Igual eso no evitaría que protegieran a sus hijos.

Lo que pasó con ellos fue tan malo que se sentían vigilados, como si algo o alguien quisiera evitar que esas memorias volvieran a ellos.

No puedes huir de tu pasado.
Este tarde o temprano te va a alcanzar.

- Perdón por hacerles hablar de esto.
Es que-... Con lo de mis suegritos y algo que me confesó Spreen, sentía que no quería quedarme con dudas, buscaba respuestas y ahora que las estoy teniendo me dejan un mal sabor de boca.
Hay que dejar esto aquí, luego tendremos tiempo porque no quiero que mamá se ponga mal y...

Una mano se colocó sobre su boca callandole. Estaba hablando demasiado rápido y de todo un poco.

- ¿Qué pasó con Spreen?

El castaño les miró dudoso, siempre se le tenía que soltar la lengua en el momento incorrecto.
Se mordió el interior de las mejillas, podía contarle a sus padres ¿Cierto?
De todas maneras ya luego sería algo que todos sabrían.

- Recuerdan que Spreen comenzó a usar lentes desde muy pequeño, ¿No?

- Oh sí, empezó con eso desde los 4 años,  pero no podíamos decir algo  porque tú tenías las bandanas y al hombre araña.
Era "el burro hablando de orejas."

- Él comenzó a hacerlo cuando Rub le confundía con Brayan.
Se dió cuenta que su madre no podía verle a los ojos, que muy apenas podía mirarle por más de unos segundos antes de alejarse y él solo decidió cubrirlos.
Durante todo este tiempo lo hizo para evitar lastimarle.
Odiaba sus ojos por lo mismo, creyendo cosas como que al ser tan igual a Veg, eso molestaba a mi suegrita por alguna extraña razón.
Y no sé como hacer que supere eso.
Ya hablaron del pasado, entendieron que él no es su hermano y que debían avanzar.

- No es fácil hijo...
Hay cosas que aunque lo intentes mil veces no logras superar.
E incluso al vivir con ellas, hay momentos donde el recuerdo vuelve a doler.
Dale tu apoyo, muestrale que ya no debe sentirse culpable.
Tocaron la herida y parece ir sanando, que él tampoco se aferre a lo que fue.

Les dió un pequeño abrazo, agradeciendo tanto sus palabras como si sinceridad.
Iba a invitarles a cenar pero un gemido de dolor salió de entre sus labios, el cual alertó a sus padres pero antes que comenzaran a gritar y a decir algo de la maleta, les mostró su vientre, el cual se movía ligeramente.

- Está pateando...
Parece que alguien más había escuchado el chismesito y quería hacer acto de presencia.

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Lo dejamos hasta aquí porque luego me sufren mucho.