Sproier y shippeo. ¿Hay algo mejor?

¿Positivo? ¿Negativo?

- Así que... - tuvo que tomar algo de aire para seguir asimilando lo que Spreen le había dicho. No estaba molesto, quizás algo sorprendido, pero sabía que tenía que mantener la calma en esta situación- Existe la posibilidad que Roier esté en cinta, ¿Cierto?

El Ozito menor asintió, le había pedido a Roier que le esperara un poco para poder hablar con sus padres. Si el resultado era un positivo, tomaría toda la responsabilidad y si era negativo, bueno, podría sentirse algo decepcionado.
La idea de tener un bebé no fue algo importante para él, pero claro, la llegada de Missa solo confirmo que no había alguien más con quién le gustaría tener una familia. Roier era su todo.

El saber que no solo en una, sino que en varias realidades habían logrado avanzar tanto su relación le tenía emocionado.

-Vale... ¿Sus padres lo saben?

Negó mirando el suelo como si fuese la cosa más interesante del universo.

- No estoy decepcionado, lo sabes, hijo mío. Solamente me preocupo de lo que pueda pasar.

- Trabajaré más, me casaré con Roier, te juro Pa, que no pienso dejarle solo.

- Lo sé, el problema no es este. Tiene que ver con Sapo Peta.

Spreen se sintió confundido por unos segundos, ¿No se supone el hippie ese había venido a ayudaros?

- Él nos dijo que haría lo que sea para evitar que ocurriera una tragedia y creemos que eso es hacerles a ustedes lo que sucedió con Quackity y Luzu...
Por si te preguntas, no, seguimos sin saber del todo que ocurrió. Lo único que es seguro es que fue algo peligroso.- El moreno apretó los puños con molestia, estaba teniendo un odio más grande a Sapo Peta porque gracias a él no podía disfrutar la noticia de que sería abuelo.- Esto deben saberlo todos.- al notar a su hijo tan nervioso le dio un abrazo que, irónicamente, se conocía como "abrazo de oso", colocándolo sobre su pecho como cuando era pequeño - Tranquilo, esperaré a que confirmen esto y que Roier también quiera hablarlo.
No os voy a obligar.

Sintió algo de peso quitarse de sus hombros.

Si tenía el apoyo de su padre, lo demás no importaba.

- Gracias Pa. Ahora tengo que ir con él para sacarnos de todas las dudas.

Volvió a abrazar a Vegetta y luego tomó su mochila con todas las cosas que el castaño le había pedido.

Esto cambiaba sus planes y si bien había tomado la decisión desde incluso antes que tuvieran al coso en sus vidas, fue algo que pensó demasiado.

(...)

Corrió lo más rápido que podía, haciendo parkour, poniendo bloques, usando los edificios del pueblo a su favor y luego los árboles en aquel bosque.

Usaba su olfato para asegurarse de sentir, aunque fuese algo de las emociones de Roier; si se había desesperado y vio el resultado, si se moría de nervios usando todas sus fuerzas para esperarlo o había tenido el resultado que ahora no parecía el que esperaban.

Al subir a la casa del árbol pudo ver al castaño colocando una almohada debajo de su ropa, como queriendo tener una imagen clara de lo que podría ser su futuro y fue la escena más dulce que pudo ver.

- Y me decís gordo a mí.- bromeó, acercándose hasta él, logrando que su rostro se pusiera totalmente rojo al verse atrapado.

- ¡Spreen! - comenzó a darle golpes con la almohada, pero rápidamente cambio su actitud al notar la comida entre sus brazos.- Dame, dame.

- Por darte estamos aquí.

Un golpe más y decidió callarse, no quería hacerlo enojar de verdad.

- ¿Dónde dejaste la prueba?

Le vio señalar la pequeña mesita de madera y desde ya sintió un nudo en su garganta.

- Antes de ver el resultado tengo algo que decirte.

Roier sintió su corazón detenerse por un segundo, eso no sonaba para nada bien.
Ya se estaba creando escenarios donde le tocaba ser padre soltero, que quizás algo como esto fue lo que ocasiono el desastre en aquel futuro y... Todo se callo
al sentir aquel beso en sus labios, solo basto en ver aquellos ojos para darse cuenta que no tenía porque temer.
Se quedó atento, con una pequeña sonrisa.

- Esto no lo hago teniendo en mente que podés o no estar en cinta y debo sentirme "obligado" a responder como se debe, estuve semanas en esto y aunque me hubiese gustado hacerlo en un lugar más bonito a veces es mejor lo espontáneo.-
Sacó de entre sus ropas una pequeña cajita negra, colocándose sobre su rodilla buena (que tampoco quería terminar en el hospital tan rápido)  y tomando la mano derecha del castaño entre la propia aclaro su garganta para decir las palabras más importantes de su vida;

- Roier Luckity, mi niño de ojos bonitos.

¿Querés casarte conmigo?

No pudo hablar, su mirada pasaba del chico frente a él a aquel anillo.
La pregunta se repetía una y otra vez en cámara lenta logrando que su rostro tuviera una gran sonrisa y un encantador sonrojo.
Si sonaba cliché le importaba tres pingas, él había soñado con esto desde hace mucho.

- ¡Un millón de veces sí!
¡Si me quiero casar contigo!

Se lanzó hacia él para besarle con intensidad, recordando que a falta de palabras sus acciones mostraban todo.
Claro que Spreen tuvo que actuar rapido para atraparle y evitar que se hiciera daño.
Quedaron justo en el piso disfrutando de aquel beso que sería; el primero estando comprometidos.

Y debido a su emoción no notaron que la prueba cayó al suelo dejando en claro dos lineas azules.