El pueblo perfecto y un trauma de por medio.

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Roier no había tenido siquiera tiempo de analizar donde estaba cuando los dolores del parto aumentaron de sobre manera.
Era como si su piel fuera a desgarrarse y luchara constantemente por mantener la conciencia.

- Guapito Sei que você não entende agora, mas tenho certeza que entenderá mais tarde. O Sapo Peta quer o melhor para todos.

Se negó a mirar a Cellbit, estaba totalmente decepcionado de él.
¿Por qué estaba del lado de ese hijo de puta?
Incluso si le decía la verdad, él podría no creerle.
Pensar que Spreen le había manipulado al punto de no creer en nada más, para el brasileño, aquí el único malo era su osito.

Lágrimas caían por sus mejillas.
¿Así terminaría esto?

No, no iba a dejar de luchar.
No podía desmayarse nuevamente y darles la oportunidad de quitarle a sus hijos, él daría su vida por ellos de ser necesario.

Pudo darle una rápida mirada al lugar dándose cuenta que estaban no más ni menos en aquel lugar que Willy les menciono, donde seguramente hace mucho tiempo sus padres fueron encerrados.

Había varias máquinas extrañas al rededor, una gran computadora frente a él y algo que le hizo sentir verdadero asco.

Una gran pizarra con información de todos ellos, varias notas estaban manchadas y rotas pero alcanzaba a ver algo destacable.

Intento número 99;  El pueblo perfecto.

¿99?
¿Había cometido un montón de crímenes 99 veces?
¿Qué le hizo a sus padres?
¿Ellos fueron los únicos afectados?
¿Cuántos universos borro en su desesperado intento por la perfección?

Más y más preguntas y el terror aumentaba dentro suyo.

- No quería llegar a esto joven Roier.- habló Sapo Peta mientras se iba acercando a la pizarra y arrancaba varias fotografías llenas de algo que podía jurar era sangre.- No quería continuar con esto pero no me dieron otra opción.

Y esto se sentía como ese momento donde el villano te contaba su plan antes de ser derrotado.
Eso le daba algo de esperanza, quizás también al escuchar la mierda que tenía que decir, podía darles tiempo a los demás de encontrarlo.
Confiaba en los sentidos de Spreen, él lo encontraria.

- Los Dioses me mandaron para poner orden aquí, claro que lo hice desde las sombras al no poder involucrarme con lo que el destino tenía preparado.
Pude hacer lo correcto, hacerles ver que yo era digno de estar entre ellos. - dijo con emoción pero rápidamente decayó cuando una fotografía de Brayan estuvo a la vista.- Pero celebré antes de tiempo.
Pronto sucedieron cosas que no estaban en el plan y debía enmendar mi error.
Él claro que tenía que nacer, pero no mantenerse en este plano.

Sintió tantas ganas de vomitar, le estaba admitiendo a viva voz que él había causado la muerte del hermano mayor de Spreen.

- Quería que Rubius y Vegetta limaran asperezas, olvidarán esa estúpida idea de separar al grupo de héroes. Lo hicieron, claro.
Solo que sus planes fueron otros cuando ahora querían dejar todo por ese mocoso.

Sintió una mano tomar la suya, no se había dado cuenta que había empezado a temblar y Cellbit se preocupó por él.
La mirada que este tenía era de miedo, duda y arrepiento.
Claro, ahora parecía darse cuenta que le había metido a la boca del lobo.

Sproier y shippeo. ¿Hay algo mejor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora