Baby Shower improvisado.

1.5K 173 57
                                    

Robleis termino despertando después de un rato, seguía sintiéndose cansado pero solo quería tener a su pequeña en brazos.
La cual se había portado demasiado bien al dejarse cargar por todos en la habitación sin ponerse a llorar nuevamente.

- Mi niño, ¿Necesitas algo?- Alexby pasó un paño húmedo por la frente de su hijo, quería decirle lo fuerte que fue al enfrentarse a esto y que claro que la nena había salido con todos los encantos de su parte de la familia.

- Necesito decir que no, no tuve un huevo, pero se sintió como si fuera posible.- se hubiera reído de su propio chiste si no fuera doloroso moverse más de lo que debía.

- A pagar.- Y ahí la mayoría tuvo que darle dinero a Quackity, lo cual siendo sinceros fue la peor apuesta que pudieron hacer. Era claro que al ser híbridos de ave sabían más que ellos.

- Si la nena se hubiera esperado solo otra semana, ya estaríamos preparando lo del baby shower.- se lamentó un poco Vegetta, había estado bastante emocionado por ello. Pero ni modo que le dijeran a la bebé que se regresará por donde vino.

- Podemos hacerlo. Que el hospital nos la debe por tantos problemas y además así vemos que linda se le ve la ropa a esta nena preciosa.- Roier se negaba a soltarla, la parecía tan linda y chiquita. Que no dudaba en que tendría la estatura de Carre. Pobrecita(?)

- Cochi, Beni. Vayan por los regalos y por favor, ya no metan las trocas hasta el hospital, que está bien que mi viejo tenga dinero pero no se mamen.
Nosotros moveremos aquí las influencias para que no nos molesten y aunque no tengamos todo como queríamos, la fiesta se va a hacer, como chingaos no.

Cada uno fue a hacer su trabajo, dejando en la puerta de la habitación a varios guardias, ya no confiaban en dejar sin protección a sus hijos y menos ahora con Rob en un estado delicado.
Aún si iba a ser por unos minutos, era mejor prevenir que lamentar.
No fuera a ser que Sapo Peta ya supiera del nacimiento de uno de los bebés y quisiera hacer algo en su contra.

Pero no, no pensarían en eso en este momento.

Decorando con flores de papel, listones, usando la otra cama de la habitación como mesa y ayudando a las futuras mamis a colocarse un babero (dos en el caso de Roier), empezaron con la fiesta.

Siendo que les dieron bebés de juguete (que nadie sabe de donde sacaron Rubius y Fargan, aunque estaba la sospecha que se los quitaron a algunas niñas) a los papis, en plan: cambien el pañal en menos de 5 minutos.
O recibirían de castigo hacerse cargo los primeros dos meses de los bebés cada que se despertarán en la madrugada.

Vegetta siendo quien logró un récord de 45 segundos, siendo seguido por Luzu con un 1 minuto y por último a Spreen que había tenido problemas al haberlo puesto al revés en un inicio con un tiempo de 1:15.
Siendo Mangel, Carre y Fargan quienes siguen sin entender como uno le puso el pañal en la cabeza, otro le puso uno sobre otro y ¿En serio Fargan?
Que ya no parece accidente que seas tú quien termina con el pañal puesto.

Cada juego que tenían estaba bastante enfocado en dejar a alguien en ridículo.
¿Qué?
Así era más divertido.

- Vos no podés joderme así.- gritó Spreen queriendo entender como Carre se comió 16 papillas de bebé en 2 minutos siendo que él ya se quería vomitar con 5.
Aunque tomando en cuenta que la mayoría tenía sabores raros como pollo con puré y salchichas asadas, su asco era entendible.

- Nadie le gana al papi Carrera.- celebró queriendo besar a Robleis, el cual se negó hasta que se lavara la boca porque no quería probar también esas extrañas combinaciones.

- ¿Ya podemos ver los regalos?- Roier parecía un nene impaciente, en toda la fiesta solo se la pasaba riendo o intentando tomar alguna caja de las que tenían con su nombre puesto.

- Tenés que adivinar quien dió el regalo, si fallas 3 veces, hay castigo. El cual podés cumplir o hacer que alguien más lo haga.- tampoco iban a arriesgarlos con ello.

Roier tomó rápidamente una caja caja bastante grande forrada de morado.
La cual no había ni que decir el nombre, era obvio a quien pertenecia.

- Quizás debí usar otros colores...- se rió avergonzado Vegetta.

- ¡No mamen!- saco un trajesito tejido con diseño de Spiderman. Tenia un gorrito que podia bajarse hasta actuar como máscara.
Claro que Veg conocía los gustos de todos y era de esperar que hiciera algo como esto. De ahí había otro al estilo Winnie Pooh, que hizo llorar a Roier porque ya quería ver a sus bebés vestidos así.- Suegrito, que yo lo quiero mucho.

Lo quiso abrazar pero claro, había una gran pancita de por medio que no lo dejaba.

Al ser turno de Robleis, la caja llena de brillo y listones también era bastante fácil de adivinar.
Había un lindo vestido de bailarina de ballet en color rosa y listones llenos de diamantina para cada día del mes.

Cada regalo era especialmente pensado en los gustos de los padres, siendo Carre que se puso a bailar al ver como si habían cumplido ese gustito suyo con los trajesitos de Minion.
Hasta varios peluches había obtenido.
¿Podía robarle unos a su bebé?

Y solo habían tenido un error en todo esto, que nadie se esperó que Cochi y Beni les hicieran un regalo en conjunto con un traje de charro y dos vestidos de Adelita.
Que incluso Roier pensó que era por parte de su madre.
Ya estaban a poco de terminar con esto, querían dejar descansar a Robleis y esperar que al castaño no se le salieran los chamacos también, cuando uno de los guardias abrió la puerta dándoles una caja de color blanco con diseño de gatos.

Solo diciendo que una enfermera rubia lo había dejado como compensación de lo sucedido recientemente.

Había una pequeña etiqueta con el nombre de Roier, ¿No se supone debía ser para Rob?
Dudó un momento de abrirla, pero
nadie podría ser capaz de mandarle algo que le hiciera daño, ¿Cierto?
Había cerrado sus ojos por el miedo, llevándose la sorpresa al solo ver varios pétalos de flores secas, un gorro de gatito y una carta diciendo:

Farei o meu melhor para te fazer feliz.
(Haré todo lo posible para hacerte feliz.)

Y lo último que supieron fue que Spreen lanzó eso por la ventana.

¿Por qué no podían tener un día calmado?
¡Solo uno!

.
.
.
.
.
.
.
.
.
Parece que el gatinho se niega a aceptar la derrota.


Sproier y shippeo. ¿Hay algo mejor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora