‐El pasado-
El concurso se está llevando a cabo en una prestigiosa preparatoria, cerca al hotel. Doy un suspiro, ya hemos explicado nuestra hipótesis delante de veinte científicos renombrados y con una gran lista de premios en sus historiales de vidas. Ahora tenemos que esperar hasta mañana para escuchar el veredicto, ya que como estaban participando las preparatorias más destacadas de Estados Unidos y esto demorara hasta la tarde. Susan se fue hace un rato, al área de gimnasia a su concurso y solo puedo desearle buena suerte.
—Tranquila, ya ha pasado. Y como nos dijo el profesor de filosofía: “sino ganan, al menos hicieron el gran intento de participar y eso es de valientes”—Thomas trata de tranquilizarme.
—Somos valientes—sonrío.
—Lo somos.
—Bueno, pero ahora está valiente necesita una botella de agua. Hace demasiado calor.
—Aquí debe haber una cafetería ¿no?
—Supongo que sí.
Seguimos las instrucciones de un profesor para llegar a la cafetería. Thomas se va a pedir unas botellas de agua y dos ensaladas, mientras lo espero en una de las mesas. Saco el celular de mi bolso para responderle unos mensajes a mi abuela.
Abuela: Hola, mi vida. ¿Cómo va todo? ¿Ya expusieron? ¿Hace mucho calor? Recuerda ponerte bloqueador solar si vas a la playa.
Evangeline: Todo va bien abuela, no te preocupes. Y sí, ya expusimos, también hace mucho calor. ¡Quiero el clima de Minnesota! :( y tú ¿Cómo estás? ¿Cómo está Jack?
Abuela: Estoy bien. Jack, está almorzando. Por cierto, tengo algo que contarte.
Evangeline: ¿Qué pasó?
—Cuanto tiempo—dice una voz masculina. Cierro el chat y alzo la vista hacia esa voz. Quedo en shock y el miedo nubla mi mente—¿Puedo sentarme?—Pregunta con una sonrisa aterradora para mí. No puedo pronunciar ninguna palabra, las lágrimas se agolpan en mis ojos y las manos me tiemblan. Él se sienta sin que le haya dado una respuesta—No me mires como si tuvieras miedo. Tenemos que ha…
—¿Quién eres tú?—Pregunta Thomas. Me levanto de la silla asustada y lo abrazo.
—Vámonos, por favor—susurro temblando.
—Tranquila, nos iremos—susurra.
—Tengo que hablar con ella. No se puede ir—gruña.
Abrazo con más fuerza a Thomas, estoy a punto de llorar.
—¡Ella no tiene nada que hablar contigo!—Exclama Thomas. Puedo sentir su respiración acelerarse. Esta hirviendo en furia.
—Ella y yo tenemos una conversación pendiente o debo recordarle lo bien que la pasamos aquella noche. Recuerda que las consecuencias no son bonitas"dice obscenamente.
No puedo evitarlo y las lágrimas se escapan entre sollozos.
—Thomas…por favor—me separo y lo miro a los ojos.
Él agarra mi mano y me saca de ahí. Edward grita cosas obscenas en la lejanía, pero no soy consciente de nada, hasta que entramos a mi habitación de hotel.
Me siento en la cama. Todo mi cuerpo tiembla. Tapo mis oídos, porque alguien grita en mi cabeza “Eres mía”. Siento que no puedo respirar, como si no hubiese oxígeno, paso mis manos por mi garganta una y otra vez.
—Eva, mírame… ¡Eva!—escucho a Thomas, pero su voz se oye muy lejos.
—Thomas, no…no puedo respirar…no puedo respirar…no puedo respirar…no puedo respirar…—repito asustada.
De repente, acuna mis mejillas y lo miro. Vuelvo a estar consciente de todo y la respiración comienza a normalizarse. Su rostro es de suma preocupación, pero también hay rastros de lágrimas. Bajo hasta donde él se encuentra y me envuelvo en sus brazos. Recuesto mi cabeza de su pecho y escucho los acelerados latidos de su corazón. Cierro los párpados y en unos minutos me quedo dormida.
ESTÁS LEYENDO
Brilla como las estrellas [YA EN FÍSICO]✔️
Teen Fiction"𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐚𝐠𝐚𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐨 𝐬𝐢𝐧 𝐮𝐧 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐟𝐢𝐣𝐨, 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞, 𝐬𝐢𝐧 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐫𝐚𝐳ó𝐧, 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐥𝐞𝐲 𝐝𝐞...