Brilla como las estrellas [YA EN FÍSICO]✔️

Capítulo 24

-El universo en un vestido-

Pasaron tres semanas para que pudiera recuperarme por completo. Esa noche con todo lo que dijo Isabella, la odié por unos minutos, pero no puedo seguir odiándola. No puedo guardar odio en mi corazón, porque eso se convierte en rencor y no quiero terminar como ella. Isabella es un claro ejemplo de aquellas estrellas que después de explotar, se convierten en agujeros negros y arrastran a personas con ellos. La entiendo en una parte y la compadezco por lo que tuvo que pasar siendo tan joven, sin embargo, tuve que dar mi declaración a la comisaría. La atraparon dos días después en el aeropuerto principal, estaba intentando huir. También me llevé una sorpresa cuando algunos oficiales de Texas, llamaron para decir que Edward se declaró culpable y afirmó haber abusado sexualmente a varias chicas, incluyendo a Susan y a mí. El juez dictaminó cadena perpetua. Los chicos de terapia psicológica celebraron el hecho de que se había hecho justicia.

—Saben, deberíamos hacer una fundación que ayude a personas que han sufrido de abusos para que sientan que no están solos—propone el tímido Alfred.

—Es una idea brillante, pero necesitaremos a un adulto—Señala Luck.

—Ya tenemos a alguien—Lindsey mira a la psicológica.

—¿Yo?—Pregunta sorprendida.

—Siempre has querido crear una fundación mamá y ha llegado la hora de que ese sueño se cumpla—dice Lindsey.

—Está bien—sonríe.

Corremos hacia ella y la abrazamos. La psicóloga Daisy es alguien muy importante para todos nosotros.

—¡Oh! ¡Cuánto amor!—ríe.

Después de conversaciones llenas de felicidad y abrazos de despedidas. La abuela viene a buscarme. Doy pequeños saltitos hasta llegar a la salida. Subo al auto, pero Viollete ya está aquí, junto con una emocionada Susan y su madre.

—¿Qué pasa?—frunzo el ceño.

—¡Hoy iremos de compras!—anuncia Susan.

—¿Compras?

—Sí, mi niña. Recuerda que mañana es la fiesta de navidad en la preparatoria—responde la abuela.

—Ah, no me acordaba de eso.

—Claro, que no te vas a acordar si te la pasaste toda la noche de ayer, pensando en el regalo de cumpleaños para Thomas, que por cierto es; un diario de palabras rebuscadas con sus significados y en la tapa tiene un montón de constelaciones —Dice con tono pervertido.

—¡Abuela! Eso era una sorpresa—refunfuño.

—Tranquila, no le diremos—Susan y Viollete hacen la seña del zíper en la boca y se ríen. ¿Desde cuando se volvieron tan allegadas?

Durante todo el viaje ambas se la pasan cuchicheando y riéndose. La abuela coloca algunas músicas, pero hoy de Radiohead. Tarareo algunas junto con la madre de Thomas, que por cierto, es fan de este grupo. Creep se graba en mi memoria mientras elijo algunos vestidos. Susan me sugiere varios, pero le digo “no” a todos. Quiero uno que tenga el universo esculpido, uno que llame mi corazón y que tenga mucho brillo.

—¿Qué opinas de este, querida?—Pregunta la mamá de Thomas. Ya me ha enseñado unos veinte y le he dicho que “no”. Volteo y miro el que sugiere. Algo hace explosión en mi corazón y mis pupilas se dilatan. Paso mis dedos acariciándolo. Es lila, con estrellas celestes y purpuras por todas partes. Esas estrellas tienen un brillo llamativo. Es largo y un poco acampanado, con una leve abertura en la pierna izquierda. Un escote en forma de corazón sobresalta junto a la parte de los brazos, que están cubiertas con una tela más transparente.

—¡Oh, te gustó!—Exclama emocionada.

—Es bellísimo—murmuro.

—Bueno, ahora vamos por los tacones ¿Te gustan altos…o bajos?

—Prefiero los que son bajos.

—Buena elección, vamos. Por cierto, la relación entre mi esposo y mi hijo a mejorado un poco. Agradezco mucho lo que hiciste.

—Solo me gusta ayudar —sonrío.

—Pues, espero que le deje estudiar artes cuando volvamos. Thomas siempre ha soñado con eso.

—¿En serio se irán? —agacho la cabeza.

—Lo haremos. Mi esposo tiene la gran mayoría de sus negocios en Inglaterra—su rostro se ablanda, cuando nota que estoy a punto de llorar—¡Ay no! No debe decir eso. Ven aquí—me rodea con sus brazos.

—No quiero que se vaya—susurro.

—Quisiera hacer algo por ustedes—murmura.