-24 de diciembre-
—Pásala bien, mi niña. Vengo por ti, a las nueve ¿bien?—dice la abuela.
—Está bien—Suspiro y salgo del auto.
Los pasillos tienen una hermosa decoración de navidad, mi vestido no combina con nada de esto, pero eso no me importa. Susan y Thomas ya debe estar en el gimnasio, ahí iba a ser la fiesta. Me apresuro y al llegar al lugar, está demasiado lleno y la música muy alta. Esquivo a algunas chicos, que van apresurados y lo veo. Thomas está hablando con Oliver. De perfil se ve excesivamente guapo, es la primera vez, que lo veo en traje. Su aura resplandece y es como si su cuerpo tuviera chispas de color verde. El nota mi presencia y deja de hablar. Es como si dejara de tener los pies en la tierra y se me queda viendo, sus ojos se llenan de ese brillo peculiar. Me acerco tímidamente.—Hola.
—Ah, ho…hola...mi estrellita—sacude la cabeza varias veces, saliendo de ese trance—Resplandeces—murmura.
—Oh, es por el vestido—Doy una vuelta para que pueda verlo.
—El vestido es lindo, pero estoy seguro que no es por eso—enreda mis manos con las suyas—¿Quieres algo de tomar?
—No. Estoy bien, por ahora no quiero nada, además estoy segura que aunque los profesores hayan revisado esas bebidas, alguien logró traer algunas con alcohol ilegalmente.
—Tienes razón. Bueno…ammm…
—Tengo algo para ti—lo interrumpo.
—¿Algo?—sonríe.
—Sí, pero preferiría entregártelo en un lugar más silencioso, antes de que Susan decida robarme para bailar.
—Creo que conozco el lugar perfecto.
—Ah, ¿sí?
—Sí, vamos.
Nos alejamos del bullicio y caminamos por el pasillo que lleva a la cafetería, pero antes de llegar a esta Thomas abre una puerta, que se perfectamente a dónde lleva. Bajamos algunos escalones y me quedó estática por unos segundos, no puedo pisar la nieve, sino mis tacones se hundirán. El se quita su saco y me lo pone en los hombros.
—¿Qué haces? Te va a dar frío—Intento quitármelo, pero no me deja.
—Tú estás más propensa a que te dé frío. Lo necesitas más que yo, así que no te quejes…Ahora ven aquí.
—¡Thomas no!—Me alza para cargarme en brazos y comienza a caminar hasta el gran árbol tan glorioso en magnitud y elegancia—Puedo caminar.
—Sí, claro.
Se sienta en una de las grandes raíces del árbol conmigo en sus piernas.
—Pareces un universo andante—Susurra en mi oído. Las mariposas revolotean en mi estómago y me sonrojo—¿Qué tenías para mí?—curiosea.
—Ammm...Hoy es tu cumpleaños y yo...quise eh…creo que es mejor que te lo muestre—busco el diario en mi bolso y estoy demasiado nerviosa que mis manos tiemblan.
—Déjame ayudarte.
—No. No, yo puedo…—saco el diario de palabras rebuscadas—Es…es para ti. ¡Felices diecisiete, Thomas!
—¿Es…es para mí?—Pregunta sorprendido.
—Sí, lo es—sonrío.
—Oh, Eva. Gracias…gracias…gracias…—deposita un beso en mi mejilla.
—¿Te gusta?
—Claro que sí. Además lo hiciste con tus propias manos, eso es...¿Puedo besarte ahora?—Pregunta sonrojado.
—Sí—afirmo.
Nuestros labios se juntan en un beso tímido y lleno de emociones destellantes. Se forma un arcoíris a nuestro alrededor lleno de purpurinas, porque lo que siento por él es mágico y aunque se tenga que ir, siempre guardará un enorme espacio en mi corazón. Este árbol es antiguo, como lo son nuestras almas viajeras que por alguna razón fueron atraídas.
El frío nos hace volver a la fiesta. Ambos sonreímos como dos tontos en medio de la pista de baile. Intento no pisarle los pies, aunque ya lo he hecho una docena de veces. Damos vueltas sin sentido alguno, al ritmo de What Difference Does It Make?-The Smiths. Susan, Luck y Oliver se unen a nosotros. Hacemos una ronda y bailamos entre sí. En este momento el tiempo se detiene, el universo conspira y se expande. Siento que soy libre. Siento que soy infinita. Siento que soy el aire, el viento, la tierra y el fuego. Soy única, soy especial, soy maravillosa, soy energía, soy esencia y estoy lista para brillar.
En alguna parte del universo una estrella vuelve a nacer en medio de los escombros de una nebulosa. Brilla, brilla y no pares. Brilla como las estrellas.
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Brilla como las estrellas [YA EN FÍSICO]✔️
Teen Fiction"𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐚𝐠𝐚𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐨 𝐬𝐢𝐧 𝐮𝐧 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐟𝐢𝐣𝐨, 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞, 𝐬𝐢𝐧 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐫𝐚𝐳ó𝐧, 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐥𝐞𝐲 𝐝𝐞...