Seis

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-Bienvenido - Saludo cortés.

Law, quien aquella mañana decidió seriamente que quería tener algunas corbatas nuevas y porque no, una buena botella de whisky o dos salió decidió de su casa a conseguirlo. Entonces, luego de comprar sus corbatas entro en aquella tienda, una que en realidad no suele frecuentar, lo pensó antes de entrar, el porque no entraba allí, pero no recordó nada.

O al menos no hasta que entro...

Allí estaba él, su amor prohibido, un hombre común y corriente qué trabaja en una licorería de aquella avenida qué recorrió muchas veces de niño. Se quedo parado frente a él, muy cerca de la puerta, estático como si estuviera congelado y es que su corazón se había vuelto loco solo con escuchar su voz.

-¡oh! ¡Pequeño Trafy! -exclamó sonriendo ampliamente al instante en que lo vio.

Law sintió deseos de huir y cuando se dio media vuelta para irse fue detenido.

-¿no vas a quedarte?... ¿Porque no volviste a visitarme?...

Pregunto cogiendo su mano con fuerza, no lo dejaría escapar otra vez.

-

-¡Sanji! - Vivi corrió a la puerta del rubio, quien cuando volvió de compras se encerró y ya no supieron más de él, golpeó con insistencia - ¡te buscan! ¡¿Porque no nos dijiste que tenias una cita con el guapo hombre de cabello verde?! - reprochó de inmediato mientras volvía a tocar la puerta.

Sanji se tardó solo un minuto, abrió y jalo adentro a Viví.

-¿Cómo me veo? - preguntó nervioso y con el rostro colorado.

Viví lo observó de pies a cabeza, vestía una camisa azul de tela ligeramente transparente y pantalones negros, nada exagerado.

-hey Sanji, ¿pretendes conquistar a ese hombre? - Viví le alzó las cejas.

-¡Sanji! ¡¿Porque no... ¡Wooou! - exclamó al verlo - pero que guapo te has puesto - Rebecca se aproximó a él con rapidez y lo rodeo.

-¿se ve bien? - preguntó apenado - no estoy seguro... Esta camisa es...

-¡es perfecta! - Viví lo cogio del brazo y salio con él de la habitación.

Zoro se encontraba husmeando algunas fotografías que habían sobre un mueble al costado de la sala principal, todas eran de chicas, no consiguió ninguna de Sanji, le pareció extraño pero todas sus preocupaciones desaparecieron cuando apareció a quien buscaba. La primera en aproximarse fue Rebecca qué lo miro con seriedad.

-escucha hombre de extraño cabello verde - pronunció de una vez, acomodo ambas manos sobre sus caderas y hablo nuevamente - ¡no quiero saber que te propasaste con mi amado Sanji! - exigió - y debes cuidarlo aunque te cueste la vida - agrego con el mismo tono.

Zoro la escucho atentamente, su mirada desafiante era filosa como una navaja, de inmediato se lo tomo con la mayor seriedad del mundo.

-prometo protegerlo con mi vida - habló con seriedad.

Sanji veía a Rebecca muerto de la vergüenza, se aproximó a Zoro y cogio su brazo para sacarlo de ahí.

-vámonos... - lo jalo hacia la puerta.

-¡y que hay con no propasarse! - agrego Viví, pero fue demasiado tarde, la puerta se cerró justo frente a sus ojos.

Mi Gran AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora