Diesiocho

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Aquella tarde la casa de la familia Vinsmoke se encontraba agetreado, todo mundo corría de un lado a otro, cargando mantas, cuencos con agua tibia, agua fresca para beber, más mantas y toallas, Ichiji el segundo de los hermanos observa todo desde lejos, nadie parecían tener interés en él o en sus otros dos hermanos y que el centro de atención era el cuarto hijo que estaba naciendo en este preciso momento, hasta ahora el padre de familia Jusge Vinsmoke parecía satisfecho con sus tres primeros hijos, Reiju y Niji eran ambos alfas y llenaban de orgullo a su padre, él resultó ser un beta y uno de buen porte e imponente decidido y con nada que envidiarle a los alfas, ahora venís el cuarto, aun no saben como se llamara ni cual serán su grupo pero todos tienen la fe puesta en él.

Si resultaba ser otro alfa podría quedarce en la familia, de lo contrario Judge advirtió que no sería bienvenido, la misma advertencia que hizo con los anteriores.

Generalmente la gran mansión de la familia Vinsmoke permanecía en calma y silenciosa, cada hermano hacían su vida de forma independiente a pesar de ser tan pequeños, Ichiji aquella tarde caminaba mirando el suelo, a sus tres años de edad entendía perfectamente la diferencia que había entre sus hermanos y él, su padre les daba un trato preferencia por lo tanto tenía que esforzase el doble para conseguir complacerlo y cumplir sus espectativas.

Cuando Sanji nació de inmediato su padre puso enncuestionsmlientovls casta del pequeño niño, su madre era una mujer amable y muy amorosa, ella especialmente sintió un profundo amor por cada uno de sus hijos, como la esposa omega de alguien como Judge en realidad su voz no era considerada y en cuanto los alfas recibieron las últimas pruebas realizadas por expertos fueron separados de ella y llevados directo a recibir educación, entrenamiento y disciplina, al segundo Ichiji el beta se le permitían más libertades debido al desinterés del padre sobre el niño y fue el único que tuvo oportunidad de estar con ella, por lo menos hasta que nació Sanji.

El tiempo pasaba rápidamente, los alfas crecían y se desarrollaban de forma rápida y adquirirán más agilidad con rapidez, Ichiji obtuvo el mismo resultado pero en más tiempo y con el doble de su esfuerzo, y el rubio Sanji a pesar de tener ya dos años, no demostraba para nada habilidad o crecimiento, al contrario era distraído y su crecimiento era más lento, no paso mucho tiempo para que el padre decidiera hacer la prueba definitiva y así tomar su decisión.

-lo sentimos señor Judge, es un omega - pronunció con seriedad, el viejo de inmediato frunció el ceño y se dio media vuelta, de inmediato camino hasta la habitación del chico quien jugaban distraído con algunos cubos de colores, armando un bonito castillo, Judge irrumpió con violencia y pateando lejos lo que el pequeño armaba lo cogio del brazo para alzar su cuerpo con fuerza y observarlo seriamente. El chiquillo de inmediato comenzó a llorar y a pedir que le soltara porque le dolía.

Sora se encontraba en la habitación siguiente, leía algunos libros con Ichiji y aprovechaba de pasar tiempo con él mayor que aunque sentía unos terribles celos de Sanji no podía evitar adorar a su madre con todo el corazón, ella escucho al rubio gritar y de inmediato dejo todo lo que hacía para salir corriendo en busca de su pequeño, la verdad es que ella como madre sentí en su corazón que su pequeño era un omega como ella, se parecían demasiado y vivía con el constante temor de que su esposo lo supiera y le arrebatara al niño.

-¡suéltalo! - exclamó corriendo paras cogerns Sanji entre sus brazos quien con su brazo libre se aferro a ella con fuerza.

-ya sabes las regla, te lo advertí - sentenció con severidad, soltó el fuerte agarre sobre el brazo del menor.

-No puedes quitármelo - exclamó ella mientras su ceño se fruncis con furia - ¡es mi hijo, es mio! - ella retrocedió un par de pasos para alejarse de él.

Mi Gran AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora